Mi amiga, Alisa Childers, recientemente escribió una reseña del bestseller Girl, Wash Your Face [Mujer, lávate la cara] por Rachel Hollis. Causó una fuerte reacción en línea sobre qué hace que un autor sea “cristiano”, qué responsabilidad tiene un autor que se llama a sí mismo cristiano en promover ideas consistentes con la fe bíblica, y qué daños puede causar cuando cristianos leen libros que contienen ideas que no son bíblicas.

Personalmente, no he leído el libro, y no voy a opinar sobre ello específicamente. Pero sí diré que me sentí muy decepcionada y triste al ver el tipo de comentarios que hicieron los defensores del libro.

  • “El libro no tenía el objetivo de ser un devocional”.
  • “No está enseñando teología”.
  • “Nuestro trabajo no es buscar a gente y odiarla”.
  • “¡Dejen de competir! ¡Imaginen lo que están pensando los no-cristianos acerca de los McJuiciosos! Tenemos que enfocarnos en lo de adentro porque el proyecto dentro de nosotros es el trabajo más importante que realizaremos. No uses tu blog para atacar a alguien”.

Desafortunadamente, estos comentarios representan una muy común falta de discernimiento en la iglesia de hoy. Si Alicia describió acertadamente las afirmaciones del libro de Hollis, Hollis promueve ideas que contradicen una cosmovisión bíblica. Y cuando exista la preocupación de que millones de mujeres estén leyendo contenido de una autora cristiana que les pudiera lleva a adoptar ideas antibíblicas, debemos sonar la alarma y llamar al discernimiento en el cuerpo de Cristo.

No se trata de ser un “McJuicioso”.

Se trata de discernir entre verdades bíblicas y el error… Algo que la Biblia repetidamente nos manda que hagamos.

Aunque esta publicación no trata directamente sobre la crianza (que es el tema sobre el que normalmente escribo), sí es algo que influye en la crianza. Cuando los padres fácilmente incorporan ideas populares pero antibíblicas en su cosmovisión, estas ideas afectarán la manera en que crían a sus hijos y el tipo de cosmovisión que les transmiten.

Las siguientes son 10 señales que los autores cristianos que estás siguiendo pudieran estar enseñando sutilmente ideas antibíblicas. Digo “sutilmente” porque creo que la mayoría de las personas de inmediato detectarían un problema si un cristiano dijera que no cree en la Trinidad. Pero es igual de importante que podamos identificar cuando señales menos obvias —como las que menciono— están presentes.

1. Dicen: “Amo a Jesús, pero…”

Se vuelve popular que los autores anuncien a los cuatro vientos que “aman a Jesús pero” (aquí puedes llenar el espacio). Cuando veas que una oración empieza de esta manera, prepárate para una de dos cosas.

Primero, puede ser algo que el autor sabe que es contrario a lo que Jesús hubiera aprobado. Por ejemplo, si haces una búsqueda en Google de “Amo a Jesús pero…”, encontrarás toda una industria de camisas, tazas y otros objetos que dicen “amo a Jesús pero me encanta maldecir”. ¿Esto realmente glorifica al Dios que dices amar? Si tienes que usar la palabra “pero” como un contraste entre amar a Jesús y lo que tú haces o dices, seguramente no es algo por lo cual debas sentirte orgulloso. Cuando autores hacen esto para ser más atractivos a sus audiencias, muchas veces es una señal de que otras ideas antibíblicas están por llegar.

Segundo, pudiera ser que no es un contraste entre amar a Jesús en absoluto, pero el autor quiere que tú pienses que ellos son diferentes a los estereotipos negativos de los cristianos. Por ejemplo, dirán algo así: “Amo a Jesús pero no afirmo tener todas las respuestas”… sugiriendo, por supuesto, que los cristianos normalmente afirman tener todas las respuestas. Los incrédulos quizás piensen que los cristianos piensan de esta manera porque los cristianos creen que el cristianismo es un asunto de verdad objetiva, pero eso no significa que los cristianos afirmen tener todas las respuestas o que aceptar una verdad objetiva sea problemático.

2. Se esfuerzan por separar una relación con Jesús y la religión.

Tristemente, la idea de que Jesús odia la religión se ha vuelto popular incluso entre cristianos que sostienen creencias que en su mayoría son bíblicas. Si Jesús realmente odiara la religión, la popularidad de este concepto no sería un problema. El problema es que Jesús no odia la religión. Odia religiones falsas. No quiero escribir toda una publicación sobre este tema (de hecho, escribí todo un capítulo sobre este tema en mi nuevo libro), pero el punto es que no existe la necesidad de separar a Jesús de una religión que es verdadera. El cristianismo es simplemente el nombre para la religión cuyas creencias se centran en quién es Jesús y nos llama a conocer, adorar, servir y obedecerle. En otras palabras, el cristianismo es una religión que se centra en una relación.

Cuando autores empiezan a escribir de manera negativa acerca de la “religión organizada” en general, y la colocan en oposición a su relación personal con Jesús, frecuentemente es porque (1) quieren retar el concepto de verdad objetiva (de esta manera sugieren que la creencia religiosa uniforme que hallamos en la “religión organizada” es mala) o (2) valoran sus percepciones espirituales personales más que la revelación de Dios para la humanidad en la Biblia (la experiencia personal se convierte en autoridad).

La verdadera religión glorifica a Dios (Stg. 1:27) y no es algo que los cristianos debieran atacar.

3. Se habla mucho de la autenticidad y del desastre.

Autenticidad simplemente significa honestidad. A primera vista, esto no suena como si tuviera algo que ver con la Biblia y, de hecho, parece ir codo a codo con la Biblia. Pero, en la práctica, autores que enfatizan cuan “desastrosa” es su vida y cuan “auténticos” están siendo contigo acerca de ese desorden a menudo lo usan como una oportunidad para normalizar el pecado.

Con varios de estos puntos, no es siempre así. Algunos autores usan estos términos como una oportunidad para dirigir tu atención a Dios, pero he visto que normalmente va en la dirección contraria, y por eso lo incluyo en la lista.

4. Promueven el valor de las preguntas por encima del valor de las respuestas.

Otra aproximación a la “espiritualidad” que se ha vuelto una moda es enfocarse más en hacer preguntas sobre la fe que en compartir respuestas bíblicamente fundadas. Autores que se identifican como cristianos progresistas a veces llegan hasta el punto de acusar a otros cristianos de tener miedo de las preguntas y miran con escepticismo a cualquiera que intente contestar las preguntas que ellos lanzan.

Ahora, si has leído mi blog aunque sea un poquito (o alguno de mis libros, de hecho), sabes que a mí me encanta enfrentar las preguntas duras sobre el cristianismo con tus hijos… las preguntas son extremadamente importantes. Pero las preguntas tienen que ser tratadas al punto que podamos, con la información que la Biblia nos da.

Las personas que valoran las preguntas por encima de las respuestas se sienten incómodas con la idea de una verdad objetiva —que exista una verdad que es independiente de nuestras experiencias personales—. Todo lo que Jesús enseñó presupone que existe una verdad independiente de nuestra experiencia personal, y que Él es la verdad. Si un autor se siente incómodo con la idea de la verdad objetiva, se siente incómodo con Jesús.

5. Confunden afirmaciones no controversiales con posiciones morales.

Hace poco, una muy popular autora escribió en su página de Facebook que quería dejar claro dónde se posiciona sobre los debates sociales. Entre las cosas que quería “dejar en claro” dijo cosas que ningún creyente encontraría controversial: ella “valora la humanidad de la comunidad LGBT”.

Todo creyente debería valorar la humanidad de toda comunidad porque todos fuimos creados a la imagen de Dios.

Ese nunca ha sido tema de debate.

Pero, por supuesto, está sugiriendo que cualquiera que defiende una postura bíblica del matrimonio de alguna forma no valora la humanidad de la comunidad LGBT. Es una jugada tramposa cuando haces una afirmación que ningún cristiano debería pelear para sugerir que muchos rechazan ese concepto porque están en desacuerdo con el autor sobre otro asunto.

6. Se enfocan casi completamente en la acción cristiana y excluyen las creencias cristianas.

Recientemente, alguien me dijo que las personas en su denominación no valoran la apologética (que presenta las buenas razones para creer que el cristianismo es verdad) porque su apologética está en sus acciones. Esta actitud se ve en muchos autores cristianos populares de hoy, incluso cuando no dicen nada sobre la apologética. Para ellos, el cristianismo se trata sobre lo que haces en el mundo; ya no se trata de creer en Jesús como Señor y llegar a un conocimiento salvífico. Esta clase de cristianismo apenas es diferente del humanismo secular. Viene con cierto aprecio templado por Jesús como la cereza en el pastel… algo que fácilmente puedes quitar si no te gusta.

Pero la Biblia es muy clara: las creencias importan… de una forma eternamente significativa. Si te interesa este tema, ve mi publicación en inglés ¿La manera que vivimos es más importante que lo que creemos?

7. Usan la palabra “fe” para describir un sistema ilimitado de creencias sobre Dios.

Una autora cristiana con éxitos en ventas compartió la siguiente cita en sus redes sociales: “Fe no es una creencia. Fe es lo que te queda cuando tus creencias fueron enviadas al infierno”. Tristemente, esta publicación recibió miles de “likes” y fue compartida miles de veces. También es una afirmación incorrecta sobre la fe.

La Biblia no presenta la fe como una fe ciega, algo que creemos a pesar de la evidencia. La Biblia reiteradamente demuestra que fe es creer en aquello que tiene buen fundamento.

La fe bíblica no consiste en los pedazos rotos que quedan cuando has perdido muchas de tus creencias, como sugiere la cita. Cuando veas a un autor promover ideas incorrectas sobre fe, debería servirte de advertencia. En este caso, la autora es famosa por escribir libros sobres sus dudas acerca de la Biblia. No es de sorprender que ella compartiera tal cita.

8. A menudo te animan a “ser fiel a ti mismo”.

Si un autor repetidamente te anima a ser fiel a ti mismo, puedes estar seguro que están sobre la arena teológica. Como dijo mi hija de 9 años cuando le pregunté si pensaba que las personas debían ser fieles a sí mismos: “No debes ser fiel al ti mismo siempre porque si quieres ser un asesino, eso estaría muy mal”. #lógicabásica

Expresado de manera simple, si esta sabiduría secular que promueve que tú te valgas por ti mismo es simplemente… secular. No es muy inspirador ser más fiel a ti mismo. Como cristianos, deberíamos sentirnos inspirados a ser menos como nuestra naturaleza pecaminosa y ser más como Jesús.

9. Creen que el juzgar a otros es el pecado imperdonable.

Hoy día, muchas personas creen que el pecado más grande es juzgar a los demás. Jesús no nos dice que no juzguemos… Nos dice que no juzguemos hipócritamente y que juzguemos con un juicio justo (p.e., Juan 7:24). Amigos, ¡tenemos que discernir! Discernir entre la verdad y el error no significa que estás condenando espiritualmente a alguien, como muchos piensan. Solo Dios conoce el corazón humano, y nosotros no hemos sido llamados para determinar si una persona es salva. Pero sí podemos y debemos responder a lo que la Biblia dice sobre creencias correctas y acciones correctas. Si estás siguiendo a alguien que dice cosas como “No andes por aquí si quieres que juzguemos a los demás”, “¡No nos toca juzgar, solo amar!”, o “Esta es una zona libre de juicios”, ¡corre! Es probable que estén diciendo algo muy diferente a lo que tú crees.

10. Describen lo que significa amar a los demás sin hablar de lo que significa amar a Dios.

Cuando obedecemos el mandamiento más grande —amar a Dios—, guía la manera en que obedecemos el segundo mandamiento —amar a los demás—. No nos toca a nosotros definir la palabra. Muchos autores que se identifican como cristianos abogan por ideas antibíblicas sobre lo que significa amar a los demás, y esto está arraigado en una ignorancia sobre el primer mandamiento de amar a Dios. Escuché a uno de estos autores estas semana decir que cristianos no son amorosos por estar en contra del aborto, por ejemplo. Pero cuando primero amamos a Dios y comprendemos que somos hechos a su imagen y que todo ser humano tiene un valor extraordinario, no podemos simplemente concluir que amar a los demás significa permitir que le quiten la vida a otro ser humano, sin importar las circunstancias.

Sean vigilantes. Pruébenlo todo. Retengan lo que es bueno y verdadero.


Natasha Crain lleva 18 años casada con Bryan. Tienen tres hijos —unos gemelos con 9 años y una hija con 7 años—. Viven en el sureste de California. Tiene un blog para padres cristianos sobre cómo tener un hogar centrado en Cristo. Es la autora de Manteniendo a tus hijos del lado de Dios [Keeping Your Kids on God’s Side] y Hablando con tus hijos sobre Dios [Talking with Your Kids about God].