Las relaciones sentimentales siempre han sido complicadas. Hormonas adolescentes, emociones románticas y nuevos deseos sexuales… ¡Son aguas difíciles de navegar! Con todo, el joven de hoy se enfrenta a factores que complican las relaciones sentimentales todavía más. Los sociólogos afirman que el celular está cambiando todas las relaciones interpersonales y no hay duda que también están transformando las relaciones sentimentales. Y no precisamente para bien.

Antes que te aburras y dejes de leer, pensando que es solo un artículo más que se queja de la tecnología, quisiera que me des unos minutos, especialmente si eres (1) padre de un adolescente o (2) un joven que está en una relación sentimental. Quisiera pintarte un cuadro de cómo han cambiado las relaciones. Y luego quisiera decirte los pasos que llevan a la destrucción de una relación.

ASPECTOS DEL PASADO: EXPLORACIÓN HACIA LA INNOVACIÓN

¿Cómo eran las relaciones sentimentales hace algún tiempo? Seguramente cada cultura, familia e iglesia tenían sus propios patrones, pero hay un aspecto que todos compartían: la comunicación entre el joven y la señorita tenía que ser en persona. Simplemente no existía la tecnología para que dos personas se comunicaran a larga distancia. Si la pareja quería hablar, tenían que estar en el mismo lugar. Por la tarde o noche, cada quien tenía que irse a su casa.

Todo esto cambió con el invento de una nueva tecnología: el papel, la pluma y la tinta. Desde ese momento, los jóvenes podían escribirse largas cartas de amor y leerlas una y otra vez. Comparado con el día de hoy, existían muchas limitantes: tenían que escribir la carta, enviarla, esperar que la recibieran y que mandaran una carta de regreso. Esto ralentizaba el desarrollo de la relación.  

Cuando se inventó el teléfono, por primera vez en la historia, los jóvenes podían comunicarse instantáneamente a larga distancia. Pero seguían existiendo limitantes que frenaban el ritmo de intimidad en la relación. Solamente había una línea telefónica en casa, y cada llamada tenía un costo. Además, el auricular estaba amarrado por un cable a la base. Se tenía que usar en un lugar específico (usualmente público). Cuando surgieron los teléfonos inalámbricos, los jóvenes por fin podían encerrarse en su cuarto y hablar con su “querida” en privado. Pero seguía existiendo solamente una línea, por lo que los padres podían seguir monitoreando el uso de la línea telefónica.

Con los primeros teléfonos celulares, las cosas empezaron a cambiar porque cada persona tenía su propia línea. Aun así, había ciertas limitantes. Puesto que los planes cobraban por minuto o por llamada, la economía familiar frenaba la cantidad de tiempo que los jóvenes podían hablar. Los mensajes de texto permitían cierta comunicación, pero estos también tenían un costo. Por si fuera poco, era fastidioso enviar un mensaje. Para enviar un simple “te quiero mucho”, tenías que teclear 8, 33, 0, 2, 6, 66, 0, 6, 88, 222, 44, 666. ¡Cansa solo con verlo!

Todo cambió cuando llegó el famoso “smartphone”. Planes con datos. Mensajes ilimitados. Llamadas ilimitadas. Redes sociales gratis. Cámaras de alta definición. ¿El resultado? Las relaciones sentimentales sufrieron un enorme vuelco. Y muchos de sus efectos contribuyen a la destrucción de las relaciones.

EFECTOS DEL “SMARTPHONE”: ACELERACIÓN HACIA LA DESTRUCCIÓN

¿Cuál es la progresión que el teléfono celular permite que lleva a la destrucción de una relación?

1. ATRACCIÓN

Este paso no es nada nuevo. Los jóvenes siempre han sentido atracción entre ellos. Sin embargo, las realidades sociales y físicas limitaban la velocidad a la que podía avanzar una relación. Pero esto ha cambiado. El celular permite que la persona que te interesa sea la primera persona con la que hablas por la mañana, la última persona con la que te comunicas por la noche, y con quien más te relacionas durante el día. El resultado: los jóvenes llegan a la intimidad emocional mucho más rápido de lo que antes sucedía. Lo que antes tardaba meses, o incluso años, puede suceder en apenas unas semanas.

2. OBSESIÓN

Aunque siempre ha sido difícil mantener el equilibrio en una relación sentimental, ahora lo es mucho más; especialmente, porque esa exagerada comunicación instantánea tiene un efecto obsesivo. Las redes sociales permiten que una pareja no tenga límites en su comunicación. Algunos, incluso llegan al punto de no poder aguantar más que unos cuantos minutos antes de mandarse un mensaje o hablarse por teléfono. 

Recuerdo leer un artículo sobre una mujer que le impuso 22 reglas a su novio. Una de ellas era que no podía tardar más de 10 minutos en contestarle un mensaje. NUNCA. Eso es obsesión. Y esta obsesión crea una enfermiza dependencia emocional. Día tras día, deseas más y más de esa persona. Y eso te lleva a la…

3. PORNIFICACIÓN

La intimidad emocional entre un hombre y una mujer lleva naturalmente a la intimidad física. Esta es la progresión que Dios ha establecido. Pero, al haber llegado de manera acelerada a la intimidad emocional, el siguiente paso es la pornificación de la relación. Podemos añadir varios elementos que contribuyen a esta tendencia: (1) Los deseos sexuales normales en esta etapa. (2) Las series que ven están llenas de temas sexuales. (3) Todos sus amigos se comunican de esta manera. (4) Las estadísticas demuestran que la gran mayoría de varones adolescentes y una minoría importante de señoritas ven pornografía de manera habitual. Todo esto contribuye a que la comunicación entre la pareja se vuelva cada vez más erótica.  

Los jóvenes siempre han tenido deseos sexuales, pero los celulares aceleran esta tendencia. En los primeros celulares, las pantallas eran pequeñas y las cámaras de muy baja resolución. Pero, ahora, las pantallas son enormes y las cámaras se categorizan por los gigapixeles. Por ello, la obsesión enfermiza y la intimidad acelerada, unidas a los deseos carnales que siempre han existido, impulsan a una comunicación cada vez más erótica.

Además, la mayoría de nosotros sentimos que lo que hacemos y decimos en el teléfono es menos de lo que hacemos en persona. Algo que nos daría vergüenza decir o hacer en persona es más fácil por teléfono: tener conversaciones sobre temas sexuales, mostrar el cuerpo desnudo, decir algo sexualmente explícito… es mucho más fácil e irreal.

Pero lo que sucede en el teléfono es real y tiene consecuencias reales. Y, si seguimos este proceso, esas conversaciones e imágenes que nos hemos enviado despertarán las pasiones de nuestra carne y nos llevarán a la…

4. FORNICACIÓN

La historia de la adolescencia está llena de relaciones sexuales. Tristemente, muchos jóvenes cristianos están cayendo en la fornicación con cada vez mayor frecuencia. Muchos jóvenes que aman a Dios y comenzaron sin ninguna intención de caer en el pecado sexual se han encontrado en la cama con su novio o novia. Seguramente, nunca pensaron llegar allí. Quizás ni se explican cómo llegaron allí. Pero llegaron un mensaje a la vez, una conversación a la vez, una foto a la vez. Un abrazo, un beso, un toqueteo.

SUGERENCIAS

Joven, si hay alguien que te gusta, vigila celosamente tu celular. Si no lo haces, Satanás lo usará para acelerar el pecado en tu vida. Te hago ciertas sugerencias.

  1. Deja que la relación se desarrolle a un ritmo natural. Será mucho más lento de lo que tus emociones desean, pero permitirá que la relación madure sin caer en una aceleración incorrecta.
  2. Pide consejo y ayuda a tus padres o algún hermano en Cristo más maduro que tú. Invítalo a entrar a tu relación, a hacerte preguntas incómodas e incluso a revisar tus mensajes de texto de vez en cuando.
  3. Cultiva tu intimidad con Cristo. Solamente una verdadera relación con Cristo puede saciar tu alma. 

Padres, ¿cómo podemos ayudar a nuestros hijos? Pudiéramos reaccionar quitándoles sus teléfonos celulares a nuestros hijos adolescentes. Quizás esa sea la opción que algunos debemos tomar. Otros no escogeremos una opción tan radical. Si vamos a permitir que nuestros hijos tengan celulares, podemos seguir algunas sugerencias.

  1. Desarrolla reglas claras sobre el uso de los celulares y asegúrate de que tus hijos las entiendan.
  2. Establece consecuencias claras por violar estas reglas y aplícalas cuando tus hijos las violen (noten que no dije “si las violan” sino “cuando las violen”). Por ejemplo, algunos retienen el teléfono por una semana como castigo.
  3. Asegúrate de que tienes acceso al teléfono de tus hijos y revisa sus mensajes de vez en cuando. Si tus hijos van a tener celulares, deben entender que tienes el derecho de revisarlos.
  4. No permitas que lleven sus celulares a sus cuartos. De esta manera, su comunicación será en público. Esto también evitará que pasen horas con acceso libre a otros elementos nocivos del internet como películas mundanas, música sensual y pornografía. 
  5. Habla con tus hijos constantemente acerca de sus relaciones sentimentales. Esto te permitirá aconsejarles en esta etapa tan difícil de su vida.

CONCLUSIÓN

Hay pocas cosas tan complicadas como las relaciones sentimentales. Pocos jóvenes tienen la capacidad de navegar estas aguas solos, especialmente en estos tiempos donde la tecnología lo complica más que nunca. Los jóvenes necesitan a sus padres. Necesitan su presencia, su sabiduría y los límites que ellos pueden imponer. No descuides a tus hijos.