Usar la Escritura para interpretar la Escritura es esencial para entender la Biblia. La mayoría de las personas y los eventos en los primeros capítulos de Génesis son aludidos por autores tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Aún más importante, Jesús mismo a menudo habló sobre Génesis.

Son estas declaraciones divinamente inspiradas las que nos proveen un marco interpretativo para reconocer la historicidad de Génesis. Tres cosas se hacen aparentes cuando vemos estos pasajes:

1. Los autores bíblicos vieron los eventos y las personas de Génesis como una historia real.

2. Entendían que estos eventos históricos tuvieron consecuencias espirituales y teológicas.

3. Se dieron cuenta de que estas consecuencias continúan impactando nuestro presente.

Debido a que es útil leer lo que realmente se dijo, aquí están algunas de las más importantes declaraciones sobre Génesis.

MOISÉS E ISAÍAS

“Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó” (Éx. 20:11).

“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó” (Éx. 31:16-17).

Estos dos pasajes de Moisés nos dicen que Dios intencionalmente creó el mundo en seis días normales y descansó en el séptimo con el fin de proveer un patrón cronológico para nuestra semana laboral. También aclaran que los días de Génesis 1 no pueden ser interpretados como largas eras, porque el primer sábado de descanso y el sábado semanal de descanso tienen la misma cantidad de tiempo: un día. Como Moisés registra en Levítico, entender el lapso de tiempo del sábado puede ser un asunto de vida o muerte.

“Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé. […] Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro” (Is. 45:12, 18).

Aquí Dios explica que Él creó el mundo para que fuera habitado por la humanidad, y que Él no lo creó para que estuviese vacío. Este pasaje muestra que la tierra no se formó lentamente de los pedazos de una roca planetaria a través de millones de años y estuvo vacía e infértil por 4.5 mil millones de años antes de que el hombre apareciera. En su lugar, la tierra fue creada y el hombre fue colocado en ella justo unos días después (específicamente en el sexto día de la creación).

“Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti” (Is. 54:9-10).

Isaías hace referencia a la promesa del pacto de Dios con Noé cuando Él le prometió por gracia que no inundaría la tierra entera como resultado de su ira. En la misma manera, Él promete tener compasión de Israel incluso después de haber sido juzgados y castigados.

JESÚS

“Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí, […] hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios. Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto” (Lc. 3:23, 28; 4:1).

Lucas provee la más larga genealogía de Jesús trazando su linaje hasta Adán. No es coincidencia que él continúa con la tentación de Jesús. Aunque el primer hijo cayó ante Satanás en el hermoso huerto, el último Hijo triunfó sobre él en el desolado desierto. Lucas quiere que entendamos que la razón primaria por la que Jesús vino a la tierra fue para deshacer la destrucción y muerte que resultaron de la primera tentación de Satanás: un evento real con consecuencias reales que ocurrieron cerca del ‘comienzo de la creación’.

“Y respondiendo Jesús, les dijo: […] pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mr. 10:5-9).

Cuando Jesús es cuestionado acerca del divorcio, Él explica que Dios lo aborreció mencionando un número de hechos históricos del Génesis: Dios hizo al primer hombre y la primera mujer en el principio del tiempo (no hubo largas eras antes de ellos); Él los creó distintivamente hombre y mujer; Él los diseñó para tener relaciones sexuales entre ellos; y Él los juntó en matrimonio en el huerto. De hecho, el argumento entero de Jesús sobre el matrimonio descansa en la historicidad de estas dos personas y eventos.

“Y [Jesús] dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos” (Lc. 17:22, 26-27).

Nota todos los elementos históricos que Jesús asume que sus discípulos conocen para entender su comparación: Noé, el mundo lleno de maldad, el arca, y la inundación global que destruyó todo. A menos que estos eventos hayan sido reales, su comparación no tiene sentido.

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Jn. 1:1-3).

Juan comienza su Evangelio citando Génesis 1:1. Si hubiera alguna duda sobre el conocimiento específico de Jesús sobre lo que pasó en la creación, esta afirmación debería calmarla: ¡Él estaba ahí realizando la creación!

Hasta el momento, hemos visto lo que Moisés, Isaías y Jesús dicen sobre Génesis. En el siguiente artículo, veremos lo que Pablo, Pedro y Juan dicen en sus epístolas al respecto.


Por Thomas Purifoy Jr. Productor, escritor y director de Is Genesis History? 


Publicado originalmente en www.isgenesishistory.com. Este artículo ha sido traducido y usado con permiso.