El 31 de octubre de este año será el 500 aniversario de la Reforma Protestante. Tristemente, en estos días existe la tendencia de confundir cuál era el meollo de la Reforma. Algunos creen que los cinco puntos de la Reforma eran los cinco puntos del Sínodo de Dort (comúnmente llamados “los cinco puntos del calvinismo”). Esto es un error porque el Sínodo de Dort sucedió cien años después de que Martin Lutero clavara sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg. Entonces, la Reforma no se trata principalmente del calvinismo o el arminianismo.

¿Cuál es el meollo de la Reforma Protestante?

La Reforma fue una respuesta bíblica a la corrupción moral, económica y teológica de la Iglesia Católica Romana en el siglo XVI.

Si entiende bien sus cinco puntos (solamente la Biblia, solamente Cristo, solamente gracia, solamente fe y solamente a Dios la gloria), todo cristiano bíblico puede celebrar el aniversario de la Reforma Protestante.Todo cristiano bíblico puede celebrar el aniversario de la Reforma Protestante si entiende bien sus cinco puntos: solamente la Biblia, solamente Cristo, solamente gracia, solamente fe y solamente a Dios la gloria. Estos puntos fueron elaborados en respuesta a la enseñanza católica romana de (1) la necesidad de la jerarquía eclesiástica romana para interpretar la Biblia, (2) la necesidad de los sacramentos romanos para apropiarse de la gracia de Dios y (3) la necesidad de la intercesión de María y los santos para que Dios escuche nuestras oraciones.

A continuación, explicaré dos de los cinco puntos de la Reforma.

SOLAMENTE LA BIBLIA

La Iglesia Católica afirma que, sin la tradición escrita y oral de la iglesia romana, uno no puede interpretar la Biblia correctamente. Supuestamente, solamente la jerarquía de la iglesia romana conoce la tradición secreta de los apóstoles, sin la cual nadie puede entender la Biblia. Por eso la lectura bíblica fue castigada con la pena de muerte por la Iglesia Católica Romana.

La autoridad y claridad de la Biblia no es una enseñanza sectaria. En 2 Timoteo 3:14-15, Pablo la afirma claramente, insistiendo que Timoteo conocía la Biblia “desde su niñez” y que eso le podía hacer sabio para la salvación. Además, quienes instruyeron a Timoteo no fueron sacerdotes, sino su mamá y su abuela (1 Ti. 1:5). Este mismo capítulo enseña que la Biblia es enteramente suficiente en sí misma para capacitar a todo creyente para toda buena obra (2 Ti. 3:16-17).

La autoridad, claridad y suficiencia de la Biblia resultan evidentes ya que un niño, una madre y una abuela pueden ser salvos y preparados para toda buena obra solo por ella. Con base en esa verdad Pablo le encarga a Timoteo predicar la Biblia aun cuando nadie la quiere escuchar (2 Ti. 4:1-5). En 2 Pedro 1 y 2, el apóstol Pedro repite esta idea, dividiendo a todos los predicadores en dos categorías: los que predican la Biblia y los que predican mentiras. No hay otra categoría. Quien enseña la autoridad, claridad y suficiencia de la Biblia, predica la Biblia. Quien no lo hace, predica mentiras.

SOLAMENTE CRISTO

La Iglesia Católica Romana enseña que Jesús, siendo el Juez, no es la persona idónea para ser nuestro abogado ante su tribunal. Pero este punto de la Reforma Protestante insiste que Jesús mismo declaró ser el único Camino verdadero a la vida y al Padre Celestial (Jn. 14:6). El apóstol Pablo repite esta enseñanza en 1 Timoteo 2:1-7. Bajo la inspiración (dirección perfecta) del Espíritu Santo, nos enseña que hay que orar por todas las naciones porque Jesús dio su vida por todos. Como hay un solo Dios para todos los hombres, dice Pablo, hay también un solo mediador para todos los hombres: el hombre Jesús. ¿Por qué hace énfasis el Espíritu Santo en la humanidad de Jesús cuando habla de Él como el único mediador entre Dios y los hombres? La respuesta se encuentra en Hebreos 4:14-17, donde el autor promete que podemos reposar en la victoria de Jesús sobre el pecado y acudir a Él para vencer la tentación. Jesús se hizo hombre y padeció la tentación como nosotros, ¡pero la venció perfectamente! Por esa razón, Jesús es Él único que puede ser nuestro mediador ante su Padre misericordioso.

Este octubre, sea que sigamos o no todos los puntos de Dort, celebremos juntos que hace 500 años hombres cristianos arriesgaron todo para insistir que la Biblia es la única autoridad perfecta y que Jesús es el único Camino al Padre.