Todos hemos visto esas divertidas botargas bailar. Tú sabes: el doctor afuera de la farmacia, la vaca anunciando productos lácteos, o el reno que quiere que tengas celular nuevo. Varios videos suyos han circulado por las redes sociales y seguirán circulando ¡porque en verdad es divertido verlos bailar! Sin embargo, estoy seguro de que hay alguien a quien no le parece tan divertido: la persona dentro de la botarga.

¿Te imaginas bailar por horas dentro de una asquerosa y sudada botarga? Si te gusta bailar, quizá los primeros días de trabajo sean algo divertido. Pero, después de meses o años, ¿con qué ánimos te levantarías, sabiendo que pasarás ahí dentro otras seis u ocho horas? Aunque los demás disfrutemos del espectáculo, la persona dentro de la botarga rara vez se divierte.

CRISTIANOS DE BOTARGA

Lamentablemente, muchos pensamos que de eso se trata el cristianismo: bailar en una botarga. Nos levantamos por la mañana sabiendo que debemos ser “buenos cristianos”. Debemos leer la Biblia. Debemos orar. Debemos evitar el pecado. Debemos ir a la iglesia. ¡Tenemos que dar un buen espectáculo! Nuestro testimonio debe ser implacable, aunque por dentro rara vez lo disfrutemos.

Pero ponernos una botarga de “buenos cristianos” está muy lejos de lo que la Biblia describe como cristianismo. Ser cristiano no debería ser una experiencia angustiosa. Por supuesto, el sufrimiento es parte de la vida cristiana. Vamos a atravesar momentos difíciles, donde Dios purificará nuestra fe al pasarla por fuego (1 P. 1:6-7).

Pero aquí no estoy hablando de la tristeza que viene a raíz de las pruebas. Estoy hablando de la angustia o la frustración que sentimos al decirle que no a un pecado que amamos. Estoy hablando de las veces que hacemos algo bueno, no porque queramos, sino solo porque la Biblia nos manda hacerlo. Eso también es parte de nuestra experiencia cristiana. Pero jamás debería convertirse en el todo de nuestro cristianismo. Ser cristiano no significa vivir angustiado porque ya no puedes pecar como quisieras.

CRISTIANOS DE CORAZÓN

Ser cristiano significa vivir gozoso porque ahora puedes disfrutar a Dios. No tenemos por qué ser unos cristianos de botarga, cuando podemos ser cristianos de corazón. Todo lo que eres emana de tu corazón (Pr. 4:23). Por eso, Jesús dice que nuestra vida se trata de amar a Dios sobre todas las cosas (Mt. 22:37). En pocas palabras, el cristianismo es una corrección de nuestros afectos.[1]

Si eres un cristiano de botarga, tu amor por el pecado hará tu vida miserable. ¿Por qué? Piénsalo un poco. Si finges amar a Dios al ser un “buen cristiano”, estarás diciéndole que no a las cosas que realmente amas. Verás cómo un Dios distante te niega una y otra vez todo lo que te parece más deseable. Y, eventualmente, pecarás una y otra vez en desesperación. Al no sentirte satisfecho, caerás en los pecados que amas y alimentarás aquello de lo que estabas huyendo: un profundo vacío en ti.

El objetivo de Dios en tu vida no es hacerte miserable; es convertirte en un cristiano de corazón. No veas cómo Dios te niega lo que te parece más brillante. En su lugar, cambia tus afectos y observa cómo todo se vuelve opaco ante la brillantez del gran Dios Trino. Si aprendes a amar a Dios por encima de todas las cosas, ya no tendrás que fingir dentro de una botarga de “buen cristiano”. Tu amor por Dios producirá un hermoso espectáculo. Tu amor por Dios te hará un cristiano de corazón.

¿CÓMO ME CONVIERTO EN UN CRISTIANO DE CORAZÓN?

Si quieres cambiar tus afectos, solo tienes que aprovechar correctamente los medios de gracia que Dios nos ha dado (la iglesia, la Biblia y la oración).

  1. La iglesia: Un cristiano de botarga engaña a sus hermanos en Cristo, haciéndoles pensar que es un “buen cristiano”. Un cristiano de corazón busca ayuda en su iglesia local. Acércate a tu pastor o a algún hermano maduro, quítate la botarga, y extérnale los pecados que amas. Pídele ayuda para luchar contra ellos y dile que quisieras aprender a amar a Dios más que a tus pecados favoritos.
  2. La Biblia: Un cristiano de botarga lee su Biblia solo para sentirse bien consigo mismo porque “leyó su Biblia”. Un cristiano de corazón lee su Biblia para conocer y amar más a Dios. Sé intencional y consistente en tu lectura bíblica diaria. Lee hasta que comprendas el texto y te deleites en Dios. Contrasta tu pecado con el Dios de la Biblia y compártele a otros lo que aprendes de Él.
  3. La oración: Un cristiano de botarga ora solo cuando le conviene y se aferra a sus ídolos mediante la oración. Un cristiano de corazón ora para que Dios transforme sus afectos. Pídele a Dios que disminuya tu amor por los pecados que amas (menciónalos por nombre y pide perdón por amarlos). Además, ruega por un amor creciente por Él al conocerle en su Palabra.

CONCLUSIÓN

Tomar nuestra cruz no significa alejarnos de todo lo que nos puede hacer felices. Tomar nuestra cruz significa cambiar los afectos que nos dejan vacíos por el único afecto que puede llenarnos: el amor por Dios. Si aprendes a amar a Dios por encima de todas las cosas, alcanzarás el único deleite que perdurará por la eternidad. El vacío que el pecado ocasionaba en ti será reemplazado por una plenitud que solo Dios puede darte (Ec. 3:11). No vivas en la miseria de un corazón frustrado. Cambia tus afectos. ¡Conviértete en un cristiano de corazón!


[1] John Piper, “La lectura sobrenatural de la Biblia: Ver y saborear la gloria de Dios en las Escrituras” (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 2018), 115-118.


Andrés Constantino nació en la ciudad de Xalapa, Veracruz. Actualmente, reside en el estado de Nuevo León, donde recientemente graduó con la licenciatura en Teología Pastoral. Disfruta servir en la Universidad Cristiana de Las Américas y en el ministerio de Palabra y Gracia.