“¿Elimina el significado espiritual del texto su naturaleza literal?”.

¡Qué pregunta! Para responderla con claridad, primero debemos entenderla. ¿A qué se refiere esa pregunta?

Hay mucho debate sobre la interpretación literal o espiritual de numerosos pasajes bíblicos. Es decir, si debemos interpretarlos de manera literal, o solo debemos entender el mensaje teológico que el autor quería comunicar. Veamos algunos ejemplos.

La creación. ¿Quiso Moisés narrar cómo Dios hizo la tierra y en cuánto tiempo (interpretación literal)? ¿O el punto era enseñarnos sobre Dios y sus propósitos en la creación (enseñanza espiritual)?

El arca de Noé. ¿Apoco subieron todos los animales terrestres en un barco de madera (interpretación literal)? ¿O es más importante ver que Dios es fiel a sus promesas (enseñanza espiritual)?

Las profecías. Cuando Isaías dice que “el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid” (Is. 11:8), ¿le importaba dar profecías sobre cómo y dónde jugarían los niños (interpretación literal)? ¿O tiene más sentido entender el mensaje que ese concepto comunicaba (enseñanza espiritual)?

¿DE DÓNDE NACE LA PREGUNTA?

Esta incógnita surge por las diferencias entre la teología conservadora y la teología liberal. El mundo teológico conservador (los que creemos en la inspiración bíblica) siempre ha defendido la interpretación literal. Al contrario, los liberales (los que niegan el origen divino de la Biblia) abogan por una interpretación espiritual.

Los liberales enseñan que las historias en la Biblia tal vez no sean ciertas, pero no importa porque “lo importante son las verdades teológicas que el autor quería enseñarnos”. Dirán que no hubo ningún niño llamado David y que nunca mató a ningún gigante Goliat. Pero no importa porque el punto es que si tienes fe y valentía, puedes hacer grandes cosas. Según ellos, solo debería importarnos la enseñanza teológica y no deberíamos insistir en que son hechos históricos.

Este pensar se ha filtrado al mundo teológico conservador. Hay personas que afirman creer en la inspiración pero niegan que debamos interpretar literalmente. Cuestionan si Génesis 1 se refiere a días literales. Algunos incluso niegan que Adán fuera un hombre literal. ¿Su defensa? Que el punto del texto bíblico es para enseñarnos teología, y no historia.

¿LA BIBLIA ES HISTÓRICA?

Negar la historicidad de la historia bíblica es negar la Biblia.

Nota, por ejemplo,[1] cómo la interpretación espiritual de Israel crea dificultades con algunos pasajes. Los amilenialistas argumentan que la iglesia es Israel, y que toda promesa dada a Israel se cumple ahora en la iglesia espiritualmente. Es decir, rechazan la interpretación literal de muchas profecías. Observemos una de esas profecías:

Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová (Is. 2:2-3, énfasis añadido).

Según el amilenialismo, todo lo que enfaticé es una referencia espiritual a la iglesia. Los “muchos pueblos” que buscan a Jehová son la iglesia. “Jerusalén”, el lugar donde buscan a Jehová, también es la iglesia. Y así sucesivamente. Leamos la primera porción el pasaje como ellos lo interpretarían a ver si tiene sentido:

Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmada la iglesia como cabeza de los montes, y será exaltada sobre los collados, y correrá a ella la iglesia (Is. 2:2, énfasis añadido).

¿Verdad que no tiene sentido que la iglesia corra hacia la iglesia?

El versículo inicial del pasaje tiene la respuesta:

Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén (Is. 2:1, énfasis añadido).

Está claro. Todo eso habla “acerca de Judá y de Jerusalén”. Es literal. Son naciones literales que viajan a la Jerusalén literal. No tiene sentido negar la historicidad de la Biblia. Si solo tomas el sentido espiritual de la Biblia, terminarás negando la Biblia misma.

¿LA BIBLIA SOLO ES HISTORIA?

¿Estamos negando, entonces, la enseñanza teológica de la Biblia?

Esto es un dilema falso. Te explico con una historia de mi hija. Cuando mi hija Gloria tenía dos años y medio, me dijo que tenía que usar el baño. Como preparación para la gravedad del caso, le pregunté: “¿Número uno o número dos?”. Su respuesta fue chocante para mí. Me contestó con una pregunta: “Y tú, papá, ¿cuál? ¿Número uno o número dos?”. ¡Mi hija me estaba metiendo en un dilema falso!

¿Qué es un dilema falso? Es cuando tienes dos opciones como si fueran las únicas. Pero no siempre hay solo dos. Mi hija tenía ganas ir al baño y, por eso, mi pregunta no fue un dilema falso para ella. Pero la pregunta que me hizo mi hija ¡sí era un dilema falso! Había una tercera opción: yo no quería ir al baño.

Escoger entre la interpretación literal o el significado teológico es un dilema falso.

Las historias literales de la Biblia nos enseñan teología. También las profecías que se cumplirán de manera literal nos enseñan teología. No tenemos que escoger entre ambas interpretaciones.

La creación no solo nos enseña cómo creó Dios el mundo y en cuántos días (es literal), sino que también nos enseña mucho sobre Dios y sus propósitos (es teología).

El arca de Noé no solo nos enseña que Dios salvó rescató un remanente en el diluvio (es literal), sino que también nos enseña que Dios brinda salvación en medio del juicio (es teología).

Las profecías como la de Isaías (“el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid”) no solo nos enseñan, por ejemplo, que “la vara del tronco de Isaí” (Is. 11:1), Jesús, nos traerá seguridad total (es teología), sino que también nos enseñan que hasta los más indefensos —como el niño— estarán fuera de peligro mortífero —como el áspid— (es literal).

Cada autor bíblico estructuró su narración de la historia literal para enseñarnos teología. Pero la teología que nos enseñó depende de la historia. No son leyendas. No son mitos históricos (este género ni existe). Son historias literales que revelan la persona y los propósitos de Dios. Porque son historias literales su enseñanza teológica es válida. Si no es literal, su mensaje teológico se socava.

CONCLUSIÓN

Entonces, no cuestiones ni la teología ni la historicidad de tu Biblia. Interpreta tu Biblia normalmente. Es decir, interprétala literalmente a menos que sea evidente que haya un lenguaje figurado. A la vez, nota la enseñanza teológica. ¿Por qué lo dice así el autor? ¿Qué quería enseñar a sus oyentes? Y ¡cuidado! No escuches a teólogos que niegan la historicidad de la Biblia, aunque afirmen “creer en la Biblia”. Si tomas la Biblia como mera teología, estás negando la Biblia. Recuerda: los primeros pasos hacia el error siempre son los más sutiles.


[1] Otro ejemplo son las historias de Génesis 1–11 interpretadas solo en su sentido espiritual. El intento de este nuevo argumento es ser “fiel” al texto, pero no es posible acomodar las filosofías modernas de la evolución y los millones de años desde el Big Bang sin contradecir a la Biblia misma en detalles de importancia mayor. Puedes leer este artículo al respecto: 6 razones por las que todo creyente debería creer en una creación en seis días.