Si eres un padre cristiano, seguramente hay una vocecita en tu cabeza diciéndote que debes tener un devocional familiar. Quizás, incluso, te sientes un mal padre por no tenerlo. Pero muchas familias no tienen un devocional familiar. ¿Por qué? Las razones son muchas. Falta de interés y falta de tiempo son algunas de las razones. Pero para otros, es más por falta de conocimiento. Simplemente no saben qué hacer ni cómo tener un devocional familiar.
Si eres ese padre que se siente incapaz de dirigir un devocional familiar, te quisiera ayudar el día de hoy. Déjame darte algunas sugerencias sobre qué puedes hacer y cómo hacerlo. Un devocional familiar no tiene que ser algo complicado ni difícil.
¿POR QUÉ HACER UN DEVOCIONAL FAMILIAR?
En primer lugar, quisiera recordarte la importancia del devocional familiar. Dios nos ha mandado a instruir a nuestros hijos en su camino (Pr. 22:6). Nos dijo que debemos enseñarles sus mandamientos (Dt. 6:4-9; 11:18-19) y criarles en disciplina y amonestación del Señor (Ef. 6:4). Una de las mejores maneras de criar a tus hijos es por medio del devocional familiar.
Además de enseñarles el contenido y las aplicaciones de la Palabra, este devocional te permite compartir tu corazón con tus hijos. Podrán ver que tu relación con Dios y la obediencia a su Palabra son importantes para ti. El devocional no es una varita mágica que elimina el pecado del corazón de tus hijos, pero sí tendrá un impacto a largo plazo.
¿CÓMO HACER UN DEVOCIONAL FAMILIAR?
Existen muchas cosas que un padre pudiera hacer como devocional familiar. Te voy a mencionar algunos que mi esposa y yo hemos practicado.
- Leer pasajes bíblicos. Esta es la práctica más básica y debe ser habitual en nuestro devocional. Aunque enseñar la Biblia pudiera intimidar a algunos padres, no tiene que ser así. Con tres simples preguntas, puedes lograr mucho. (1) ¿Qué me enseña este pasaje acerca de Dios? (2) ¿Qué me enseña este pasaje acerca del ser humano (puede ser algo positivo o negativo)? (3) ¿Qué me enseña este pasaje para mi vida (aplicación)?
- Leer libros apropiados para la edad de sus hijos. Hay muchos libros que pueden ser útiles en instruir a nuestros hijos. Pero siempre recuerda que cualquier recurso que no sea la Biblia tiene que ser leído con discernimiento, comparándolo con la Palabra de Dios. No porque diga ser un libro cristiano o porque lo compró en una librería cristiana significa que es completamente confiable.
- Repasar el sermón dominical. Nosotros tomamos el devocional familiar de los lunes para recordar y aplicar el sermón dominical a nuestras vidas. Esto anima a nuestros hijos a prestar atención el domingo y nos permite reforzar las enseñanzas que tienen mayor relevancia a nuestras vidas. También nos permite compartir cómo Dios nos está hablando a cada uno.
- Memorizar pasajes bíblicos. Esta práctica permite que atesoremos la Palabra de Dios en nuestro corazón para usar en momentos de tentación o tribulación. Además, podemos enseñar y aplicar las verdades de estos pasajes. Es divertido y crea unidad familiar cuando todos están citando los pasajes al unísono.
- Hablar de temas específicos. Esto depende de las necesidades o etapa de los hijos. A veces, en vez de leer algo específico, hemos tomado el tiempo de devocional familiar para conversar sobre el enojo, los pleitos, el uso de la tecnología, las amistades, el respeto hacia la autoridad, la obediencia, etc. Al ver que nuestros hijos estaban batallando con alguno de estos temas, buscábamos aplicar la enseñanza bíblica a sus vidas.
- Compartir lo que cada persona está leyendo en su lectura personal. Esta práctica es muy sana, ya que (1) exige que cada miembro esté teniendo su devocional personal, y (2) anima a nuestros hijos a leer con atención, sabiendo que van a tener que compartir algo. Es hermoso ver cómo nuestros hijos van creciendo en su comprensión y deleite de las Escrituras.
- Cantar himnos o cantos y analizar sus verdades. Los grandes himnos de la fe y buenos cantos modernos tienen mucho que enseñarnos. Al evaluar esto cantos, podemos aprender mucha buena doctrina y desarrollar un aprecio más profundo por la maravillosa obra de Cristo por nosotros.
- Hacer dramas de las historias bíblicas. Especialmente cuando nuestros hijos son pequeños, disfrutan mucho hacer una pequeña obra de teatro, donde cada persona representa un personaje de alguna historia bíblica. Los niños se reirán y recordarán la enseñanza de estas ocasiones especiales.
ALGUNOS CONSEJOS FINALES
En primer lugar, el padre es el principal maestro de la Palabra de Dios en la familia, porque es la cabeza del hogar. Por ello, él debe guiar el devocional familiar. Segundo, intenten encontrar un momento del día donde lo pueden hacer siempre a esa hora. Para nosotros, la hora después de la comida es cuando todos estamos juntos. Todos sabemos que nadie se levanta de la mesa si no hemos tenido el devocional familiar. Tercero, el devocional puede ser relativamente corto. Nosotros nos tardamos unos 20 minutos. Si es más largo, es más difícil encontrar el tiempo, los hijos se distraen, y llega a ser una excusa para no tenerlo. Cuarto, variedad. Lo mejor es usar una variedad de prácticas en el devocional. Lean un libro de la Biblia por unas semanas. Luego memoricen un pasaje. Después pueden leer un libro. ¡La variedad es importante! De esta manera, no se volverá aburrido y retendrá la atención de los hijos.
¡Cumplamos con nuestra responsabilidad de criar a nuestros hijos en disciplina y amonestación del Señor!