Este artículo proviene de «Meditaciones del Evangelio para Mujeres», un devocional de 31 días que puede adquirir en Church Works Media.

LEE 1 TIMOTEO 2:8-15 & 1 PEDRO 3:1-7

“Las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia” (1 Ti. 2:9).

“Modestia” es una palabra extraña. En una conversación normal describe humildad, el opuesto de la soberbia. Pero en las iglesias normalmente describe una manera de vestir que se puede resumir como más largo (faldas), más alto (escotes), y más suelto (bueno… todo). Curiosamente, la Biblia pide ambos: vestimenta modesta que indica actitud modesta.

La Biblia exige a las mujeres que usen vestimenta modesta.

Tanto 1 Timoteo 2:9 como 1 Pedro 3:3 tratan con franqueza una parte extremadamente práctica de la vida diaria para la mujer cristiana: la manera apropiada de pensar acerca de su ropa, joyería, peinados, y maquillajes. Primero, debemos entender lo que la Biblia no quiere decir. No condena la atención razonable a la apariencia externa. No hay virtud especial en ser poco atractiva. Descuidada no es igual a piadosa. Dios te hizo con una belleza femenina y un amor por la belleza. Esto es parte de la imagen de Dios en ti. Así que estos pasajes no están condenando ropa o peinados bellos. ¿Qué quieren decir entonces?

  • No debes vestirte (o conducirte) de una manera que atraiga atención abierta hacia ti, especialmente a tu sexualidad. Hacer esto deshonra al Señor, te hace responsable por causar que otros pequen, comunica que estás “interesada”, y atrae la clase de atención que ninguna mujer cristiana debe desear.
  • Tampoco debes vestirte intencionalmente pasada de moda. Aunque no uses mini falda, quizá necesites deshacerte de esos vestidos de hace 20 años. Un guardarropa abiertamente anticuado también puede ser inmodesto, en especial cuando se usa como un anuncio de supuesta virtud. El punto es: no seas ostentosa en tu apariencia, sea por extremos en descuido, escasez, elegancia, informalidad, o extrañeza.
  • No te debes enfocar demasiado en tu apariencia externa. Demasiadas mujeres cristianas se obsesionan con la moda. ¿Tú no? Considera estas pruebas: ¿Te encuentras mirando con desprecio o burlándote de la ropa de mujeres con menos sentido de moda? ¿Pasas más tiempo leyendo revistas de moda que la Biblia? En las mentes de tus amigas, ¿tu amor por la moda es una parte desequilibrada de tu personalidad? Si es así, probablemente estás poniendo demasiado énfasis en tu apariencia externa. Y esto nos lleva al siguiente punto…

La Biblia exige a las mujeres que demuestren una actitud modesta.

Tanto 1 Timoteo 2:9 como 1 Pedro 3:4 van más allá de tu apariencia externa para tratar con tu carácter, donde el Evangelio deja su huella. Pablo manda a las mujeres a ataviarse con buenas obras. Tu conducta y bondad piadosa deben ser más perceptibles que tu ropa. Pedro está de acuerdo, ordenándote a pasar un tiempo “maquillándote espiritualmente”, como un decir. Muchas mujeres que nunca dejarían sus casas sin arreglarse salen día tras día sin cuidar de sus almas. Pero, la belleza del alma, “un espíritu afable y apacible”, es mucho más importante y duradera que la condición de tu piel, cabello, o medias. De hecho, Pedro dice que tal carácter es lo que Dios mismo encuentra “de grande estima” en una mujer. ¡Esto debería llamarte la atención!

La meta de una mujer piadosa es ser como Cristo, no como una modelo “artificialmente retocada”. (Recuerda, ¡ni ella es tan bonita!) ¡Tal modestia inspirada por el Evangelio es inconteniblemente hermosa!

Permite que el Evangelio afecte tu apariencia y actitud. —Chris