Probablemente, has escuchado a alguien decir: “El lugar más seguro es la voluntad de Dios”. Pero esto no siempre es verdad. Quizá sufras. Quizá te encarcelen. Quizá se burlarán de ti y te torturarán. Quizá te separen de tus seres queridos. Quizá mueras ‘prematuramente’.  La voluntad de Dios es el mejor lugar, pero no necesariamente el más seguro.

En nuestros días, hemos organizado un culto de adoración a la comodidad. Hemos forjado ídolos de seguridad ante los cuales nos arrodillamos diariamente. Acatamos leyes autoimpuestas que garantizan nuestra felicidad y seguridad. Le hemos ‘ayudado’ a Dios eliminando los riesgos en todo lo que hacemos. Como resultado, nuestros hijos han adoptado nuestro camino de auto-adoración y han aprendido nuestros temores.

Servir a Dios no es seguro, conveniente, ni cómodo. Normalmente no te aplauden. Normalmente no encuentras la popularidad camino a la cruz. Pocas personas seguirán tu carrera y estudiarán tus estadísticas. Normalmente, seguir las pisadas de un Salvador crucificado no te dará una posición glamorosa o un contrato espectacular. ¿Por qué? “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él” (Fil. 1:29). Piénsalo:

  • Abel fue asesinado después de hacer la voluntad de Dios.
  • Job sufrió física y emocionalmente en la voluntad de Dios.
  • Noé construyó una enorme embarcación y predicó un mensaje de juicio en la voluntad de Dios.
  • Abraham dejó su hogar en la voluntad de Dios.
  • Jeremías fue extremadamente impopular con los predicadores de su localidad en la voluntad de Dios.
  • Moisés abandonó el tesoro de Egipto y escogió ser maltratado con los hebreos en la voluntad de Dios.
  • Juan el Bautista fue decapitado en la voluntad de Dios.
  • Jesús fue rechazado, escarnecido y sufrió una muerte atroz en la voluntad de su Padre.
  • María vio como odiaban, golpeaban y mataban a su Hijo en la voluntad de Dios.
  • Esteban fue apedreado en la voluntad de Dios.
  • Pablo experimentó oposición y dificultades inimaginables en la voluntad de Dios (2 Co. 11:25-28).

¿Estas personas fracasaron? ¿Malgastaron sus vidas desorientados por un celo erróneo? ¿Son excepciones aisladas en el panorama bíblico que promete una vida cómoda? Quizá así lo vería el mundo, pero la eternidad nos contará otra historia.

Que la siguiente generación de creyentes viva para el único Dios verdadero y no para sí misma. Que viva para la eternidad y no para los tesoros temporales, para la gloria de Dios y no para un conjunto de insignificantes sueños personales que se desvanecerán. Que cada persona que invoca el nombre de Cristo como Señor y Salvador diga: “Estoy dispuesto no solo a ser encarcelado, sino incluso a morir por el nombre del Señor Jesús”, y “Tengo por cierto que lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que Él nos revelará más adelante”.


Steve Hafler. Pastor de Highlands Baptist Church en Centennial, Colorado, Steve y su esposa Toni tienen seis hijos y fueron misioneros en África por 12 años. Su mayor deleite es predicar la Palabra de Dios, discipular a otros y verles crecer en la gracia y el conocimiento de Jesucristo.