LEE CANTARES 4:1-5:1

“Has apresado mi corazón con uno de tus ojos” (Cnt. 4:9).

Para muchos hombres, el romance matrimonial es tan cursi como una película para chicas. Creen que ser romántico es solo para cierto tipo de hombre, o para el que realmente no manda en su familia. Pero, puesto que la relación del marido con su esposa debe reflejar el amor de Jesús para su iglesia, el romance no es opcional para el marido cristiano. El amor de Cristo para su iglesia no es un convenio frío. No dice duramente: “Hace 20 años te dije que te amaba; te avisaré si algo cambia”. Dios te llama a galantear a tu esposa. El ejemplo bíblico más explícito de esto se halla en Cantares. He aquí diez lecciones inspiradas para enamorar a tu esposa.

Primero, habla íntimamente con tu esposa. Los maridos son conocidos por su falta de comunicación, y comunicación romántica en especial. Pero casi 40% de las palabras de este libro romántico —Cantares— son de Salomón. Además, él toma la iniciativa al organizar este conjunto de poemas apasionados. El diálogo personal, tiernas llamadas telefónicas, correos electrónicos coquetos, y cartas de amor “solo porque sí” pueden hechizar el corazón de tu esposa.

Segundo, alaba la belleza de tu esposa. Salomón llama a su esposa “hermosa entre las mujeres” (Cnt. 1:8, 15; 2:2, 10, 13; 4:1, 7; 6:4, 10; 7:6). Le hace saber que ama todo acerca de ella —su cabello, cuello, nariz, lengua, boca, vientre, mejillas, ojos, dientes, labios, pechos, muslos y pies (Cnt. 4:1-11; 7:1-5)—. Le encanta su hermosura, y se lo dice con gran detalle.

Tercero, siempre afirma a tu esposa tu devoción exclusiva. La esposa de Salomón sabe que su afecto es para ella sola (Cnt. 2:4, 16; 6:3; 7:10), que le encanta estar con ella (Cnt. 2:8, 14) y que su corazón está totalmente cautivado por ella (Cnt. 1:9-10; 2:2; 4:9). Hombres, deben comunicar esto a sus esposas tanto con palabras como acciones.

Cuarto, recuerda que tu aroma le importa a tu esposa. Sí, la Biblia habla de higiene personal. ¡Quién lo hubiera imaginado! Puedes mostrar gran amor al prestar atención al olor de tu cuerpo y tu aliento (Cnt. 1:3; 5:16).

Quinto, sé el líder en evaluar y proteger tu relación. La esposa de Salomón le advierte de “las zorras pequeñas” que pueden destruir su huerto de placer (Cnt. 2:15). Debes tomar la iniciativa en identificar y tratar con las amenazas a tu matrimonio, buscando consejo de tu esposa en cuanto a cómo fortalecer tu relación.

Sexto, demuestra tu amor al planear ocasiones especiales. Salomón toma tiempo para encontrar un lugar privado para el acto de amor (Cnt. 1:16-17), planear una escapada en primavera (Cnt. 2:8-14), y organizar un séquito elaborado para su esposa el día de su boda (Cnt. 3:6-11). Sigue su ejemplo.

Séptimo, toma tiempo para la relación física. El sexo sin egoísmo no simplemente toma su placer y ya. Tranquilo. ¡En serio! “Disfruta del huerto. Bebe del vino. Come la fruta. Sube el árbol. Apaciéntate. Huele las flores” (Cnt. 4:16-5:1; 6:2; 7:9, 13; 8:2).

Octavo, aprende a apreciar la naturaleza y poesía. Aunque los hombres frecuentemente son indiferentes a estas cosas, es claro en este libro que las imágenes poéticas de la naturaleza pueden comunicar el amor romántico a tu esposa. Si tu esposa disfruta la cultura o la naturaleza, también debes adquirir ese gusto.

Noveno, háblale a tu esposa con expresiones cariñosas. Nota que Salomón usa al menos ocho expresiones personales diferentes para su esposa: “amiga mía” (Cnt. 1:9; 2:2, 10, 13; 4:1, 7; 5:2), “hermosa mía” (Cnt. 2:10, 13), “paloma mía” (Cnt. 2:14; 5:2; 6:9), “esposa mía” (Cnt. 4:8-12; 5:1), “hermana” (Cnt. 4:9-10, 12; 5:1-2), “perfecta mía” (Cnt. 5:2; 6:9), “hija de príncipe” (Cnt. 7:1), y “amor deleitoso” (Cnt. 7:6).

Por último, toca a tu esposa a menudo. La esposa de Salomón se deleita en cómo él la toca, tanto sexualmente como tiernamente. Le encanta cómo él le besa (Cnt. 1:2; 5:13, 16), se le acerca (Cnt. 1:13; 2:17), le toca (Cnt. 5:4) y le abraza (Cnt. 2:6; 8:3).

Permite que el Evangelio te motive a mostrar amor romántico a tu esposa. —Joe


Este artículo proviene de «Meditaciones del Evangelio para Hombres», un devocional de 31 días que puede adquirir en Church Works Media.