Mamá, ¿has sentido que no puedes con todas las responsabilidades?

Como mamá, hay días en los que simplemente pienso: “¡Ya no puedo más!” Atender a mi esposo, los niños, la casa, son tantas cosas, son demasiadas responsabilidades.

Recientemente Dios, por su amor y su misericordia, me permitió ser madre por tercera vez. Como toda nueva mamá, mi corazón se llenaba de ilusión por saber cómo sería, cuánto pesaría, a quién se parecería, etc. Durante el embarazo, mucha gente me preguntaba «¿Cómo le vas a hacer?», ya que mis niños mayores tenían 3 años y 1 año de edad. Yo les contestaba que no sabía, pero que sabía que Dios me fortalecería. Al llegar del hospital y comenzar con la dinámica familiar, mi cabeza comenzó a dar vueltas y pensé “¿Cómo le voy a hacer? ¡Qué difícil! No voy a poder».

Gracias a Dios por nuestro Consolador, el Espíritu Santo, que inmediatamente me trajo a la mente versículos como: «echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1 P. 5:7) y «porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co. 12:10).

Muchas veces, como madres o simplemente como mujeres, pensamos que no podemos hacer tal o cual cosa, pero Dios nos ha dotado. Nos ha capacitado para el rol al cual nos ha llamado (sea como hija, esposa, madre, etc.).

Compartiré contigo tres cosas que Dios me recordó en ese momento:

1. NO SOMOS AUTOSUFICIENTES

Si nos sentimos autosuficientes, no buscaremos la ayuda de Dios en cada momento. Como humanos, creemos que podemos hacer todo por nosotros mismos y, por eso, nos olvidamos de Dios o deja de ser nuestra prioridad. Al reconocer nuestra debilidad, que no podemos hacer las cosas por nosotros mismos, recurrimos a nuestro Padre y Él nos hace fuertes. «Por eso me complazco en las debilidades […] porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co. 12:10 LBLA).

2. DIOS NOS ENSEÑA POR MEDIO DE SU ESPÍRITU SANTO

«Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho» (Jn. 14:26). Dios ha enviado a su Espíritu para capacitarnos para realizar nuestro trabajo como mujeres y como madres. Nunca nos deja solas. Nunca nos dará algo que no podamos llevar a cabo.

3. LA BIBLIA NOS ENSEÑA

«Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» (2 Ti. 3:16-17). Como sabemos, la Biblia contiene enseñanzas para cada área de nuestra vida. Nos enseña cómo ser buenas hijas, cómo ser buenas esposas y cómo ser buenas madres. En cada etapa, la Biblia tiene un consuelo o mandamiento para mostrarnos el camino que debemos de seguir. Recurrir a ella, leerla diariamente, y pedir al Señor que nos muestre cómo poder hacer tal o cual cosa es de suma importancia. Tenemos una herramienta muy poderosa en nuestras manos, usémosla.

Deseo de todo corazón que, así como a mí, estas palabras te llenen de aliento. Que te animen a seguir a delante y, sobre todo, a saber que Dios siempre es bueno; aun en medio de nuestro caos. ¡Junto a Él podemos hacer cualquier cosa que Él requiera de nosotras!


Denisse Zermeño nació en Monterrey, Nuevo León. Estudió la licenciatura en Pedagogía en la Universidad Cristiana de las Américas. Colaboró en la edición del Himnario Majestuoso. Asiste a la iglesia Vida Nueva junto a su esposo Gerardo Montemayor y sus tres hijos Caleb, Elena y Aimé.