El 13 de agosto, Israel hizo la paz con los Emiratos Árabes Unidos, uno de los catorce países con una mayoría de población musulmán. Desde su renacimiento como país en 1948, Israel solo había hecho la paz con dos países musulmanes antes: Egipto (26 de marzo de 1979) y Jordania (26 de octubre de 1994). Es decir, en 70 años, hizo la paz con un país árabe cada 25 años.

Pero un mes después de hacer la paz con los Emiratos, Israel también hizo la paz con Bahréin (el 12 de septiembre). De repente, los 25 años se convirtieron en un mes. Y la expectativa es que otros países suníes se añadirán (hay dos sectas principales en el islam: los suníes y los chiíes; en gran parte, los suníes se unen a Israel en contra de Irán, que es chií).

¿Estos tratados de paz son importantes para la expectativa escatológica del cristiano? ¿Son señales sobre el fin? La respuesta corta es “sí y no”.

¿Por qué “no”?

Primero, la interpretación de la Biblia no depende de ningún acontecimiento moderno. Cuando leemos un texto bíblico, su significado depende de lo que dijo el autor en su contexto histórico y los eventos posteriores no cambian su significado.

Segundo, el regreso de Jesús por su iglesia siempre ha sido inminente.[1] En el español cotidiano, esto significa algo amenazante o próximo a suceder, pero su uso teológico es más limitado. En la teología, inminente quiere decir que no hay evento que deba suceder antes. Por ejemplo, el juicio final viene, pero sabemos que Cristo viene antes. Por eso, el juicio final no es “inminente” en el sentido teológico. ¿Qué tiene que ver esto con la paz entre Israel y otras naciones? El regreso de Jesús para arrebatar a su iglesia no depende de estos sucesos. Es inminente.

Tercero, los acuerdos de paz no cambian la expectativa bíblica del creyente. ¡Pablo esperaba estar vivo en el arrebatamiento! Él dijo: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tes. 4:17). Desde el tiempo de los apóstoles, los creyentes han esperado recibir al Señor durante su vida. Y no se debía a los eventos mundiales, sino a su fe en las promesas de la Escritura.

¿Por qué “sí”?

Por otro lado, estos eventos sí son importantes para la escatología del creyente. ¡Es fascinante! Aunque los acontecimientos actuales no determinan la interpretación del texto, sí pueden alinearse con las expectativas de nuestra correcta interpretación. Por ejemplo, Cristo regresará al monte de los olivos en Jerusalén (Ez. 11:23; Zac. 14:4) tal como sus discípulos lo vieron ascender para establecer el reino terrenal que esperaban (Hch 1:6, 11). Y el cumplimiento de esto no depende de la existencia de una nación llamada Israel. Sin embargo, el hecho de que en 1948 la nación regresara a su tierra concuerda con la expectativa del reino milenial de Jesús en Israel.

Además, los tratados de paz confirman la expectativa de que Israel tendrá un papel central en el plan divino al final de la historia humana. Durante una visita a Jerusalén, escuché a un especialista hablar del inicio de la tribulación (los siete años de angustia para Israel y el juicio para las naciones rebeldes). Me corrigió mi entendimiento de Daniel 9:27, que dice: “Y por otra semana [el anticristo] confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. Yo pensaba que el anticristo haría pacto con Israel y esto iniciaría la tribulación. Pero no dice “hará” pacto, sino “confirmará el pacto con muchos” (énfasis añadido).

Son dos elementos importantes: primero, el anticristo encontrará una situación en la que “el pacto” ya existe. No producirá el pacto, sino que lo confirmará. Segundo, el contexto sin duda se refiere a la nación de Israel, pero el pacto [de paz] será con muchos pueblos. Entonces, el especialista nos dijo que él esperaba que muchos países, incluyendo países musulmanes, harían pacto con Israel antes de la aparición del anticristo. Me parecía optimista su esperanza. Pero el texto dice “con muchos”, y el texto no falla. Recuerda: antes ocurría un pacto de paz con Israel cada 25 años, ahora ya son cuatro países musulmanes que tienen paz con Israel, y dos de estos en solo un mes. Eso sí es algo de notar.

¿Cómo conectamos todo?

¿No invalida esta perspectiva lo que dije de la inminencia? ¿Cómo es que el arrebatamiento es “inminente” si ocurrirá un pacto de paz antes? Esta es la explicación: el arrebatamiento es inminente. La confirmación del pacto con muchos no es inminente. Antes pensaba que el arrebatamiento iniciaba de inmediato la tribulación, pero la Biblia no dice esto explícitamente. Los siete años de la tribulación sí comienzan con la confirmación del pacto (Dan. 9:27), pero esto no es el arrebatamiento. Creo que el arrebatamiento acontecerá antes, pero eso ya es tema para otro artículo.

CONCLUSIÓN

Esto podemos decir con confianza: en nuestros tiempos vemos muchas cosas que concuerdan cada vez más con el regreso de Jesús para arrebatar su iglesia antes de la tribulación. Y, aunque mi posición escatológica no depende de estas cosas, sí están confirmando mi esperanza. Yo creo que Jesús regresará, sin importar si yo interpreto bien mis circunstancias o no. Cristo viene y puede ser en cualquier momento: “Ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos” (Ro. 13:11). Si esto dijo Pablo hace 2000 años, ¡cuánto más cierto es ahora!


[1] Inminencia viene del latín imminens, cuyo significado es “saliente” o “sobresaliente”. Describe un saliente de rocas en un precipicio que da la sensación de que pudiera caerse en cualquier momento.