2020 ha sido… Mmm… “interesante”, ¿no? Y todavía no se acaba.

Hace unos días, escribí una reflexión (una predicación para mí misma) sobre cómo Dios suele tener diferentes planes para nosotros que los que nosotros hacemos. ¡Y su plan siempre es mejor! Santiago 5 nos recuerda esto:

“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta. Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor” (Stg. 5:8-10).

Mientras buscamos ánimo para perseverar con gracia y fidelidad de cara al 2020, veamos uno de los profetas más conocidos: Daniel. No tenemos muchos detalles específicos sobre el trasfondo de Daniel del libro que lleva su nombre, pero aquí está lo que podemos entender de la Escritura y la historia:

Antes que nada, el Señor estuvo en control del exilio de Daniel. Daniel 1 registra: “Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá” (1:2). Explorar los conceptos de la soberanía de Dios tendrá que esperar a otro artículo, pero este pasaje es muy claro: Dios mismo exilió a su pueblo.

Daniel era probablemente de una de las familias principales. Isaías 36:9 detalla la palabra del Señor a Joacim de que algunos de sus propios hijos serían enviados al exilio a servir al reino conquistador.

Daniel sufrió el trauma de haber sido removido de su casa y todo lo que conocía. Fue sometido (literalmente) a un nuevo lenguaje, una nueva dieta, una nueva educación, e incluso a un nuevo nombre.

Daniel probablemente sufrió violencia física contra su cuerpo al ingresar al entrenamiento de la corte del rey Nabucodonosor. Uno de los detalles que se registra en la profecía de Isaías 36 fue que los hombres jóvenes removidos de Judá se convertirían en eunucos en Babilonia. ¿Daniel fue convertido en eunuco? Daniel 1 registra que él se acercó a su supervisor, quien era el jefe de los eunucos. Además, el Mishná de la tradición rabínica mantiene que esta fue su suerte. Si bien no puedo ser dogmática en esto, la castración de los jóvenes cautivos de la realeza era común en aquel entonces para proteger a la casa real.

Daniel fue removido de las influencias espirituales de su familia, de las remembranzas religiosas del calendario judío, y de la proximidad a la adoración en el templo. Sin importar cuánto hubiera deseado un contexto espiritual fuerte para apoyarse, todo a su alrededor servía, de hecho, para lo contrario.

Daniel se enfrentó a la muerte a manos de los babilonios al menos en dos ocasiones: en el capítulo 2 cuando el capitán de los guardias buscaba a los hombres sabios y en el capítulo 6 cuando fue echado a los leones.

En resumen, ¡seguramente la vida de Daniel no fue la que se imaginó de niño! Solo piensa en el tipo de persona en el que se pudiera haber convertido Daniel si se hubiera dejado llevar por el trauma, la ira y la decepción de su inesperada vida.

Temeroso

Salvaje

Solitario

Excéntrico

Egoísta

Ensimismado

Autocompasivo

Intimidante

Amargado

Constreñido

Dominante

Paralizado

Negativo

Turbulento

Impotente

Inseguro

Ansioso

Agobiado

Ignorante

Orgulloso

Controlador

Mañoso

Perfeccionista

Victimizado

Preocupado

Inflexible

Mi amigo Gunner Gundersen, mi autor favorito de tweets sabios y concisos, escribió la semana pasada: “La amargura es una autoesclavitud disfrazada de justicia emocional”. Daniel no se dejó llevar por eso. Él anticipó que vendría un mejor Juicio venidero.

En cambio, vemos su vida centrada en la paciente confianza en la obra de Dios, el Altísimo. ¿Cómo fue que Daniel se mantuvo fiel? ¿Cómo estaba contento con la vida que no esperaba? ¿A qué ejemplos nos apunta Santiago?

1. Daniel reconoció la soberanía de Dios.

Él entendió que era el Señor quien le puso en esa posición.

¡Él oró a través de su ministerio! Él recordó el tiempo de los sacrificios en el destruido templo de Jerusalén por, al menos, 65 años de su exilio.

Él buscó en los escritos de los profetas (Dan. 9).

Él se arrepintió y rogó por su pueblo para que regresaran a la tierra y al Señor.

2. Daniel decidió honrar al Señor y demostró coraje en todas sus acciones.

Él no comería la comida del rey.

Él no reverenciaría a los ídolos a quienes la comida era ofrecida.

Daniel no se acobardó ante Nabucodonosor al reportar las duras profecías sobre la inminente locura del rey.

Honró la palabra del Señor reportada por Jeremías —una carta enviada a los exiliados, incluido Daniel: “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz” (Jer. 29:7).

3. Daniel se regocijó en el carácter del Dios Altísimo.

Las oraciones de Daniel reflejan su gozo enraizado en la obra de Dios, como se registra en Daniel 2. Mira lo que dice sobre Dios:

“Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey” (Dan. 2:20-23).

Daniel claramente entendía el poder, la soberanía, la sabiduría, el discernimiento y el poder del Altísimo, y fue capaz de confiar completamente en la obra de Dios por este conocimiento. Daniel, descansando en el carácter de Dios, persistentemente buscó y alabó a Dios, incluso cuando lo hubiera perjudicado. ¿Cómo se vio el carácter de Daniel?

Fuerte

Próspero

Resuelto

Excepcional

Valiente

Empapado en gracia

Comprometido

Apasionado

Afirmado

Valiente

Significativo

Enfocado

Centrado en Dios

Oyente

Dispuesto

Atento

Saludable

Auténtico

Cada día, cada minuto, realmente, tengo que decidir cómo responder a la vida inesperada —puedo amargarme, enojarme y decepcionarme, o puedo correr hacia los brazos de gracia del Altísimo y confiar que esta vida ES SU plan para mí. Como Daniel, puedo trabajar y esperar, alabarlo, arrepentirme, orar, y buscar la bondad y la justicia de Dios en todas las cosas. ¡Caminemos esta senda juntos!


Dr. Lisa LaGeorge sirve como Directora en la CHF Academy de Children’s Hunger Fund en Sylmar, CA. La misión de este ministerio es llevar esperanza a los niños que sufren, equipando al as iglesias locales con ministerios centrados en el evangelio y la misericordia.


Publicado originalmente en www.lisalageorge.com. Este artículo ha sido traducido y usado con permiso.