Hola, y bienvenido a “Palabra y Gracia”.

En nuestro mundo existen muchos blogs, y seguramente ¡no necesita otro más! Aun así, lanzamos este blog deseando que sea de bendición para el Cuerpo de Cristo alrededor del mundo, especialmente en el mundo de habla hispana.

Quizás tengas algunas preguntas sobre el blog. Déjame contestar algunas de ellas.

Estamos comprometidos con la predicación expositiva, creemos en la autoridad y suficiencia de la Palabra, y defendemos la importancia de la doctrina bíblica en un mundo que promueve el pluralismo y el pragmatismo.

¿Quiénes somos? Los contribuyentes regulares al blog somos profesores de la Universidad Cristiana de las Américas en Guadalupe, Nuevo León, México. Además, somos pastores y ancianos en iglesias en la zona metropolitana de Monterrey. Si quieres saber más acerca de nosotros, puedes visitar la siguiente página de biografías. Otros autores aportaran artículos de vez en cuando.

¿Nuestra meta? Deseamos exaltar la gloria de Dios, proclamando acertadamente la Palabra de su gracia, y así ser de bendición para creyentes, tanto líderes de iglesias como miembros. Puedes apuntarte y recibir cada publicación directamente a tu correo electrónico, darle “like” a nuestra página en Facebook, o seguirnos en Twitter, Instagram o Pinterest.

¿El horario de publicaciones? Con la ayuda de Dios, estaremos publicando tres veces a la semana: lunes, martes y miércoles. Deseamos publicar dos artículos nuevos cada semana y compartir o traducir un tercer artículo de un autor externo.

¿Y el nombre del blog? Escogimos el nombre Palabra y Gracia basándonos en Hechos 20:32.

«Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados».

En este pasaje, el apóstol Pablo se despide de los ancianos de la iglesia de Éfeso. Pablo amaba mucho a este grupo de líderes espirituales. Había evangelizado y entrenado a la mayoría de ellos durante sus tres años de ministerio en la ciudad de Éfeso.

Ahora, Pablo presiente que nunca más volverá a verlos (Hch. 20:25). Quiere darles las instrucciones necesarias para sobrevivir en un mundo hostil sin la aportación de su amado apóstol. Para ello, los encomienda a la Palabra de su gracia.

La Palabra

¿Cuáles son las virtudes de esta Palabra que suplirán la ausencia de Pablo? La Palabra de su gracia trae salvación y garantiza nuestra herencia con todos los santos. La Palabra de su gracia también nos sobredifica, para que podamos superar los obstáculos que enfrenta un creyente en el mundo caído y caótico.

Esta convicción nos mueve a lanzar el blog. Será un blog dedicado a la exposición de la sana Palabra de su gracia porque solamente la Palabra puede salvar y santificar al creyente.

Las opiniones del ser humano, por muy sabio y experimentado que sea, no transforman al hombre. Las experiencias personales que pudiéramos narrar no sirven como regla de fe y práctica.

La mera mención de algún pasaje bíblico no garantiza una enseñanza acertada, pues muchos divorcian pasajes de sus contextos y luego tergiversan sus enseñanzas.

En Palabra y Gracia estamos comprometidos con la predicación expositiva, porque «la exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples» (Sal. 119:130). Creemos en la autoridad y suficiencia de la Palabra para responder a cada necesidad espiritual del ser humano. Y defendemos la importancia de la doctrina bíblica en un mundo que promueve el pluralismo y el pragmatismo.

La gracia

Hechos 20:32 también destaca la necesidad de una comprensión correcta de la gracia. El creyente es santificado posicionalmente en la salvación y también crece en santificación en la práctica. O sea, los que realmente fueron santificados en la salvación por gracia serán santificados por gracia en su práctica también.

Una comprensión correcta de la gracia protege del error común de seguir una gracia distorsionada que sirve como pretexto para los apetitos de la carne (Jud. 4). Tito 2:11-13 nos dicen que la misma gracia que apareció para salvación a todos los hombres nos enseña a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos para vivir una vida de sobriedad, justicia y piedad. Sentimos la necesidad de pregonar una gracia santificadora en un mundo que no quiere nada de la santidad.

Sin embargo, al ser gracia, queremos siempre recordar que ni la salvación ni la santificación se logran por mérito, ni por obras, ni por esfuerzo personal, ni por leyes humanas que no tienen poder alguno contra los apetitos de la carne (Col. 2:20-23).

Aunque parezca contradictorio, el legalismo siempre termina alimentando la carne porque rebaja la norma de perfección absoluta que Dios exige, que es alcanzable solamente por los méritos de Cristo y en unión con Él (Fil. 3:9). El que vive en el legalismo termina en uno de dos extremos: se llena de orgullo falso al compararse con los demás o termina cargado de culpa por incumplir con sus normas. La Palabra de su gracia nos recuerda que somos aceptos en el Amado (Ef. 1:6).

Estos serán los temas que exploraremos a la luz de la Palabra en este blog. Te invitamos a explorar con nosotros. Gracias por acompañarnos. Lee. Dale “like”. Comparte. Apúntate. Pero, sobre todo, ¡disfruta de la Palabra de su gracia!