“¿Por qué solo los amigos del pastor son considerados para trabajar?”.
“¿Qué puedo hacer para que me permitan servir en mi iglesia?”.
Estas son preguntas habituales en iglesias donde hay un único pastor que hace todo. Desde el púlpito, se predica la necesidad de personas para el trabajo y, cuando personas se ofrecen para estas necesidades, el procedimiento es largo e incluso no se les considera. Pero el liderazgo individual no ayuda al desarrollo de la iglesia. En realidad, toda iglesia debería considerar un equipo de pastores o ancianos.
En este artículo, quisiera contestar dos preguntas: ¿Es bíblico el liderazgo plural? Y ¿qué beneficios trae la pluralidad de ancianos?
¿LA PLURALIDAD DE LIDERAZGO ES BÍBLICA?
A lo largo de la Biblia, hay un principio de pluralidad de ancianos. El primer ejemplo de esta necesidad es la historia de Moisés y Jetro (Éx. 18). El pueblo salió de Egipto y estaba al pie del monte Sinaí (cuando todavía no realizaban el pacto con Dios). Jetro ve a Moisés juzgando en solitario al pueblo y le recomienda escoger “varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad” (Éx. 18:21), para que le ayudaran a juzgar las causas menos graves del pueblo. Después de esta historia, los libros históricos mencionan a los “ancianos de Israel” como las personas que juzgaban y dirigían a la comunidad. Por ejemplo, cuando Josué llama a los líderes de Israel y al pueblo, usando el término “anciano” (זָקֵן) como una clase social (Jos. 23:2). En el libro de Rut, cuando Booz quiso resolver la situación de Rut para redimirla, se sentó con los “ancianos” de su pueblo. Otro ejemplo es cuando los ancianos de Israel (זָקֵן) confrontan a Samuel en relación a sus hijos (1 S. 8).
En el Nuevo Testamento, a pesar del uso de distintos términos como “pastor” (1 P. 5:2), “anciano” (1 Ti. 5:17, Tit. 1:5, Stg. 5:14, Hch. 11:30) u obispo (Hch. 1:20, 1 Ti. 3:1), podemos observar una correlación en cuanto a las responsabilidades. En todos los casos, vemos a un grupo de líderes con distintas funciones como pastorear, enseñar o tomar decisiones. Este grupo de líderes dirigen, enseñan y confirman a la congregación. Asimismo, el carácter que se exige de este grupo de líderes es que sean “irreprochables” (1 Ti. 3:1-7); es decir, que tengan un carácter santo en su vida personal, matrimonial y con Dios.
¿LA PLURALIDAD DE LIDERAZGO ES BENEFICIOSA?
Entonces ¿cuáles son los beneficios de tener más de un pastor en la iglesia? El primer beneficio es la sabiduría que hay en la diversidad. En Proverbios, se encuentra un claro énfasis en esto: “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad” (Pr. 11:14). Así que, como respuesta a una situación difícil dentro de la iglesia y con ánimo de buscar una solución dirigida por el Señor, el tener más pastores ayudará a encontrar una buena respuesta según la Palabra.
El segundo beneficio es la pluralidad de dones. Los dones son dados por Dios para la edificación de la iglesia. A lo largo de las distintas cartas, vemos dones como el discernimiento, la enseñanza, el don pastoral, el hospedador, etc. Sería muy raro encontrar a una persona que tenga todos los dones y sea capaz de desarrollarlos íntegramente. Si Dios dio los dones a toda la iglesia para que esta se desarrolle como cuerpo —donde todos aportan— entonces dentro del liderazgo también sucede igual. Pablo es claro en la distribución a toda la iglesia cuando dice: “Y él mismo constituyó a unos […], a otros…” (Ef. 4:11). Así que, el liderazgo es un trabajo para la edificación del cuerpo de Cristo que se hace en equipo, a través de los distintos dones, tal como sucede con los demás miembros de la iglesia.
El tercer beneficio es que desarrolla una iglesia local saludable. En 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:7-9, Pablo expone el carácter de un líder. Esto tiene dos mensajes. El primero es para a los líderes: la posición en el liderazgo no es por dinero, empatía, conocimiento o habilidades. Depende más del carácter santo que la persona desarrolla. La pluralidad de ancianos significa que si uno de los líderes cae, la iglesia local no queda sin personas que sigan dirigiendo, enseñando y cuidando. Es también saludable porque permite la restauración del anciano o pastor caído. Es sano no depender de una sola persona. El segundo mensaje es a la congregación: deben estar cuidando que el carácter de los ancianos sea como la Palabra lo expresa. Así que es importante que la congregación también sea saludable espiritualmente para discernir la situación del liderazgo y buscar pastores bíblicos.
Otro gran beneficio es que da ejemplo a la iglesia de que la obra es de todos. Al tener diversidad de personas en el liderazgo, se muestra de forma práctica que el discipulado y el evangelismo son responsabilidad de cada miembro de la congregación. Por un lado, evitamos transmitir que las tareas eclesiales son de uno o pocos “elegidos”; y por otro lado motivamos a trabajar conjuntamente. En 1 Corintios, Pablo confronta la división de estos al hablarles acerca de cómo cada uno aporta a la obra:
“Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento. Ahora bien, el que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su propia recompensa conforme a su propia labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios” (1 Co. 3:6-9).
Vemos a varias personas bendiciendo la vida de los corintos, y se llaman siervos. Un liderazgo plural muestra la necesidad y utilidad de todos para la edificación de la obra.
CONCLUSIÓN
La Palabra es clara tanto en la forma como en los beneficios de la pluralidad de pastores. Esto nos lleva a pensar en la obediencia y su puesta en práctica. Con un liderazgo plural, hay edificación congregacional y la iglesia tiene la oportunidad de desarrollar los dones que Dios les ha dado. Así que, como liderazgo, debemos buscar cómo fomentar que la congregación ponga en práctica los dones y se sienta parte de la edificación de la iglesia. El reto es grande, ¿estás dispuesto como pastor a sacrificarte para edificar a los demás?
Íñigo García de Cortázar es originario de España. Desde hace 4 años radica en Comitán, Chiapas, sirviendo junto con su esposa Ana Cristina y sus 4 hijos. Actualmente enseña en una iglesia bautista en Comitán, en un instituto bíblico, en un ministerio de una escuela, y en una de sus misiones en Ocosingo. Es ingeniero industrial. Estudió una licenciatura en teología en SETECA (Guatemala) y está culminando su maestría en teología en la Universidad Cristiana de Las Américas, Guadalupe, Nuevo León.