Mirar hacia atrás te llevará hacia atrás. Es verdad que el pasado nos hace quienes somos. Aprendemos cosas sobre Dios, la vida y otras cosas. Pero no debemos quedarnos allí. Por eso, el apóstol Pablo escribió tres pasos clave para seguir adelante en nuestra vida espiritual:

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:13-14).

En tu vida cristiana, es de suma importancia que olvides para avanzar.

1. Olvídate de tu pasado

“Olvidando ciertamente lo que queda atrás” (Fil. 3:13).

Los recuerdos del pasado pueden ser obstáculo para tu crecimiento espiritual. Esto ocurre cuando miras hacia atrás (fracasos, pecados, pérdidas, penas, entre otros), sin moverte hacia adelante. Pero tu crecimiento cristiano se relaciona con el hecho de mirar al futuro y no al pasado.

Imagina que eres el capitán de un barco. Una noche ocurre una tormenta, pero logras sobrevivir. Te salvaste de una posible muerte. Sin embargo, decides quedarte ahí en tu barco, mirando aquel lugar donde pasaste la tormenta. Ya no avanzas a tu destino. No sigues navegando. ¿Tiene sentido quedarte ahí a mirar? ¡No!

Ocurre lo mismo con tu vida. No tiene sentido quedarte a mirar el pasado. Para continuar, debes olvidar lo que queda atrás. Olvida cualquier pecado o dolor que te impida seguir adelante en tu desarrollo espiritual y en tu andar con Cristo. Deja atrás tu pasado.

2. Concéntrate en tu presente

“… y extendiéndome a lo que está delante” (Fil. 3:13).

Dios te llama a afrontar el presente. Te llama a “extenderte” ahora hacia el futuro. Tu presente es donde puedes disfrutar del amor que Dios te ofrece y así amarle tú también. Como respuesta al amor de Dios, tu propósito es servir a Dios y a los demás.

Tenemos una meta por delante y concentrarnos en el presente nos da energía para alcanzarla. Extiéndete a lo que está adelante porque la Palabra te asegura que Él está contigo, dándote dirección y aliento en cada paso del camino (Mt. 28:20).

Cada día que pongas tu vida para servirle, Él te ayudará a afrontar toda distracción del pasado. No permitas que el pasado interfiera en tus esfuerzos actuales para agradar a Dios. No pongas tu mira en el pasado. Eso dejó de ser real.

3. Prosigue hasta el final

“Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:14).

Continúa sin detenerte con los ojos puestos en Cristo. Recuerda en todo momento que su sacrificio en la cruz es suficiente. Medita en Su Palabra. Mantén una relación con Él todo el día, todos los días. Un comentarista dijo: “Nuestros rostros miran hacia adelante para poder ver el camino que vamos a recorrer”.[1] Pablo prosiguió y pudo hacerlo porque su mirada estaba puesta en Jesús, en lo eterno, en la meta.

Por lo tanto, pon tu mirada en Aquel que te dará las fuerzas para continuar, Aquel que te capacita para esforzarte cada día en la carrera de la vida. Prosigue sin detenerte cuando pongas tu mirada en Él, nuestro Señor crucificado y resucitado. Tu meta será acabar la carrera porque todos somos llamados a proseguir y terminar. No te desenfoques.

No será fácil terminar, pero aun cuando tropieces y caigas, recuerda que debes levantarte para proseguir hasta la meta. Cuando te debilites, confía en el Señor y descansa en Él porque tiene control de todo. Sigue sin importar los obstáculos y distracciones que puedan surgir. Vive para Cristo todos los días hasta terminar.

Conclusión

Mira hacia adelante y extiéndete hacia la madurez espiritual. Él te guiará y te ayudará en tu presente. Te dará fuerzas para tu servicio por Él y obrará en ti las características de Cristo. Soltar tu pasado te hará libre para servir en el presente y proseguir hacia el futuro. ¿Qué más esperas para soltar el pasado?


[1] H. D. M Spence y Joseph S. Exell, El comentario del púlpito, tomo 20 (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Company, 1985), 152.


Rosalba Hernández es la menor de tres hermanos. Por gracia de Dios, cursa la licenciatura en Teología en la Universidad Cristiana de Las Américas y sirve en el ministerio de música de su iglesia local.