A lo largo de mi vida el Señor me ha permitido estar rodeada de personas muy especiales. Entre ellas, por algún motivo, ha puesto en mi camino a pastores, empezando por mi padre (quien ahora goza de Su presencia), mi suegro, mis dos cuñados y ahora a mi esposo. Son personas preparadas en la Palabra. Tienen autoridad y sabiduría para impartir la enseñanza. Están llenos del Espíritu. Pero, también son personas como tú y como yo, que se afligen, que pasan por momentos de dificultad, pruebas, y dolor, que lloran en silencio, que además llevan en sus hombros un gran peso y responsabilidad por el pueblo de Dios, y, por ello, necesitan la gracia de Dios cada día.
“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no es provechoso” (He. 13:17).
Su responsabilidad es grande. Ellos representan el nombre de Cristo y deben hacerlo bien, apuntándonos hacia su gloria. Ellos tendrán que dar cuenta delante de Dios por nuestras vidas espirituales. Este trabajo es realmente serio
Por ello, quisiera mencionarte tres necesidades que puedes suplir en la vida de tu pastor.
Los pastores necesitan de nuestro amor.
“Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra” (1 Ts. 5:12-13).
Los pastores también necesitan escuchar que son apreciados. No porque lo merezcan, no para vanagloriarlos, sino por causa de su trabajo. Son siervos de Dios cuyo trabajo es santo y sagrado, ya que ellos velan por nuestras almas.
Los pastores necesitan de nuestro apoyo.
En varias ocasiones, he presenciado las demandas y exigencias con las que se espera que cumplan. He escuchado las críticas hacia su persona, familia o ministerio. Incluso, algunas veces los he visto casi correr contra la corriente. Tal vez no lo habías pensado bien, pero ellos también son hombres imperfectos y pecadores. Ellos de verdad necesitan del cuerpo de Cristo para llevar a cabo la obra que les ha sido encomendada. De ninguna manera pueden hacerlo solos y la Biblia lo afirma.
“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (He. 10:24-25).
Como creyentes, podemos contribuir en la edificación de nuestros pastores, en su crecimiento espiritual y, principalmente, en que lleguen a ser semejantes a Cristo. Ellos necesitan de otros creyentes que vayan a su lado para ser estimulados al amor y a las buenas obras.
Los pastores necesitan de nuestras oraciones.
“Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios” (Ro. 15:30).
La agenda pastoral está llena de actividades y solo Dios tiene control sobre todo lo que esto conlleva. Incluso los líderes que buscan servir a Dios fielmente necesitan de la intercesión de sus hermanos en Cristo. Algunos expresarán abiertamente sus necesidades, otros simplemente dirán “orad por nosotros” (1 Ts. 5:25). De cualquier manera, siempre es posible orar por ellos.
Toma de tu tiempo para orar por tu pastor y líderes espirituales. Piensa en que ellos son el principal objetivo de los ataques del enemigo para destruir iglesias completas. Tú puedes interceder por ellos y, de esta manera, ser participante en la obra de Cristo y en la exaltación de su gloria para que su nombre corra entre las naciones.
Al final del artículo, quiero compartir una guía que te ayudará a saber de qué forma orar por ellos.
En conclusión, recuerdo que, en una ocasión, una persona de la congregación comentó: “Lamento mucho que dos de nuestros pastores ya no estén entre nosotros porque, si aún estuvieran aquí, podríamos hacer mucho más por ellos”. No tenemos que vivir con un sentido de culpa por lo que no se hizo. Aún tenemos oportunidad de llevar a cabo la misión que encontramos en Gálatas 6:10. Aún tenemos líderes espirituales a nuestro alrededor por quienes debemos interceder diariamente. Quizá hasta ahora no te has acercado a uno de ellos para otra cosa que no sea un desacuerdo, una necesidad, una sugerencia o una gran idea. Tal vez lo habías pasado por alto, pero es importante que recordemos que la vida cristiana es una vida familiar en la que debemos estimar a otros más que a nosotros mismos, y los pastores han sido ejemplo de esa entrega, teniendo el mismo sentir expresado en 1 Tesalonicenses 2:8.
“Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos” (1 Ts. 2:8).
Peticiones por tu pastor y tus líderes espirituales que debes incluir en tu vida de oración:
- Ora para que, aun en medio de las pruebas, su amor por Dios crezca cada día y pueda verse reflejado en su vida de oración y en su amor hacia los miembros de su iglesia (Jn 13:34-35; Fil. 1:19-26).
- Ora para que Dios le dé la sabiduría para estudiar y enseñar solamente su Palabra sin desviarse de la verdad, que administre bien su tiempo. (2 Ti. 2:15; 2 Ti. 4:2; Tit. 2:1; 1 Ti. 2:15).
- Ora para que sea un hombre audaz al compartir el Evangelio, que tenga amor por la obra misionera y tenga oportunidad de extender el reino de Dios (Ef. 6:19-20; Col. 4:3-4).
- Ora para que Dios le dé sabiduría para identificar sus prioridades en diferentes situaciones, que sepa amar a Dios, a su familia y a la iglesia adecuadamente. Además, que su matrimonio se conserve en pureza y fidelidad (1 Ti. 3:4-5; 1 Ts 4:3-4; 1 Ti. 3:2).
- Ora por su fortaleza física y para que pueda cuidar de su salud (1 Co. 6:20; 1 Ti. 4:8).
- Ora por su testimonio, para que sea un modelo ejemplar de Cristo, humilde, servicial y lleno del fruto del Espíritu (Gá. 6:14; 1 P. 5:3; 1 Co. 11:1; 1 Ti. 4:12; Gá. 5:16-25).
- Ora para que haga un buen uso de los aparatos electrónicos y redes sociales, que no le sean de estorbo y que el Señor guarde su corazón de la tentación sexual (Mt. 26:41).
- Ora para que tome decisiones que vayan solamente de acuerdo a la voluntad de Dios y en obediencia a su Palabra.
No dejes que tu pastor vaya solo en la carrera.
“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Ef. 6:18).
Berenice Montes está casada con Luis Berlay, pastor de la Iglesia Bautista Genezareth en N. L., Mexico. Es madre de tres hijos: Timoteo, Pablo y Julio. Colabora en el ministerio de educación cristiana de la iglesia y participa activamente en el ministerio de mujeres. Es graduada de la Universidad Cristiana de las Américas.