¿Estás pasando por alguna circunstancia difícil? Sé lo que se siente. Hace dos años le detectaron cáncer a mi mamá. Antes de su enfermedad, era una mujer de mediana edad, alegre y enérgica. Amaba a Dios y le encantaba servir a los demás. Madre de ocho hijos y esposa de pastor, siempre estaba trabajando. Diez meses después de que le detectaron cáncer, falleció. Fue un golpe duro. Sin embargo, en medio del dolor por la enfermedad y muerte de mi madre, Dios me enseñó más sobre Él y más sobre mí misma. Trataré brevemente dos cosas que aprendí que me ayudaron a tener gozo y paz en medio de la dificultad.

1) Mi confianza debe estar en la soberanía de Dios.

¿Qué significa que Dios es soberano? Significa que Él es el Rey y el Gobernante sobre todo el universo (1 Cr. 29:11). Ninguna cosa sale de su control. Además, la Biblia dice que Dios es todopoderoso (Sal. 80:19), no hay nada imposible para Él. También, dice que Dios es amor (1 Jn. 4:8), todo lo que hace es bueno. Entonces… ¿la muerte de mi mamá se salió de su control? ¿Dios no la sanó, aunque podía hacerlo? ¿Por qué la dejó morir si la amaba y me ama a mí?

Confiar en la soberanía de Dios no es fácil cuando estás pasando por algo difícil, pero es lo correcto y trae paz. En su soberanía, Dios permite que pasemos por cosas que, aunque no entendemos cómo, nos benefician (Ro. 8:28). No obstante, independientemente de si entiendes o no el porqué, necesitas creer que Dios tiene el control sobre lo que estás pasando, que Él es bueno y todopoderoso. Deja que el dolor y el sufrimiento produzcan en ti madurez y cercanía con Dios. Aprende a confiar completamente de Él.

Por supuesto, confiar en la soberanía de Dios no significa que vas a entender por qué suceden las cosas. No trates de entenderlo todo. Descansa en la sabiduría de Dios (Is. 55:9; Job 12:13). Estoy segura de que cuando llegue a la presencia de Dios entenderé por qué Él permitió que mi mamá muriera. Por ahora, puedo confiar en que Él es amor. Él permitió que mi mamá muriera porque me ama, porque la amaba, porque quiere lo mejor para sus hijos. ¿Me dolía cuando veía a mi mamá sufriendo? Sí, sí me dolía, pero aun allí Dios tenía absoluto control. Puedo estar tranquila y gozosa confiando en la sabia soberanía de Dios. ¡Él es tan bueno!

2) Mi satisfacción debe estar en Dios.

¿De qué depende tu felicidad? Existen diferentes cosas en las que puedes estar depositando tu satisfacción, tal vez sea tu familia o alguna persona, la salud o las habilidades que tienes, incluso podría ser la riqueza o algún bien material. Todas estas cosas pueden verse afectadas y pueden terminar, por lo cual, tu felicidad también. Cualquier forma de vida que no tenga a Dios como su completa fuente de satisfacción solo trae miseria y tristeza. Aquel cuyo único deseo es acercarse a Dios puede vivir gozoso a pesar de las circunstancias que le rodeen.

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquél que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas sus obras” (Sal. 73:25-28).

Su vida fue un hermoso regalo de Dios, pero no era indispensable para mi felicidad.¿Cómo aprendí a gozarme en medio de la dificultad y el dolor? Reconociendo que Dios siempre está a mi lado y que con Él nada me falta (Sal. 23:1). Eso no significa que nada me es difícil o que nunca extraño a mi madre. Su vida fue un hermoso regalo de Dios, pero no era indispensable para mi felicidad. De hecho, ni siquiera mi propia vida es necesaria para que yo esté satisfecha (Sal. 17:15). Mi esperanza y mis ojos están puestos en Dios. Él es el motivo por el cual puedo estar gozosa sin importar lo que suceda.

De igual manera, si Dios es suficiente para ti, no importa lo que te falte, puedes ser feliz (Fil. 4:4). ¡Con Dios tienes más que si tuvieras todas las cosas! Recuerda que nada es más importante que tener a Dios. Él es soberano y es poderoso, y todas las cosas que hace en la vida de sus hijos es por amor. ¿Te gustaría decir, como el salmista, “Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti” (Sal. 16:2)?

¿Estás pasando por alguna circunstancia difícil? Confía en la soberanía de Dios. Descansa en su sabiduría. Encuentra tu satisfacción en Él. Para ello necesitas conocerle mejor. Lee la Biblia. Pasa tiempo en oración. No descuides tu vida espiritual. Solo así podrás tener gozo y paz siempre. No puedes hacerlo en tus fuerzas, pero con la ayuda de Dios podrás vivir así (Fil. 4:11-13). ¡Qué maravilla es tener gozo y paz en la dificultad!


Susana Salas nació en Monterrey, México, como la tercera de ocho hijos. Actualmente, estudia en la Universidad Cristiana de las Américas. Vive en casa con su padre, pastor de la iglesia Vida Nueva, y seis de sus siete hermanos.