“No creo que deberíamos darles tanta importancia a los devocionales”. Esto fue lo que una persona me dijo alguna vez. Ahora puedo decir que aquella afirmación era totalmente incorrecta. Los devocionales son más que importantes. Son indispensables para el cristiano porque cuanto más se acerca a la Palabra, más conoce a Dios. Así que, el propósito de este artículo es mostrarte de cuánta ayuda son los devocionales para tu vida cristiana.

1. Una batalla que librar

Muy comúnmente el cristiano es vencido por el pecado. No necesitamos hacer un estudio para comprobarlo, todos lo hemos experimentado. Aunque el creyente ya no es esclavo del pecado (Ro. 6:18), seguirá peleando contra este el resto de su vida (1 Co. 9:27). Lo único que nos ayudará a combatir el pecado es exponernos cada día a la Palabra de Dios. David oró a Dios diciendo: “Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí” (Sal. 119:133). Y también dijo: “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra” (Sal. 119:9).

Las Escrituras nos presentan un terrible cuadro de la condición humana. Desde el principio nos hemos rebelado contra nuestro Creador. La rebelión está en nosotros. Cometeríamos un error si vemos al pecado como un fuerte dolor de estómago, una jaqueca, o incluso un cáncer terminal. ¡El pecado es mucho peor! No solo acaba con nosotros físicamente, sino también espiritualmente. El pecado nos separa de Dios. Pero Dios, en su gracia, nos ha provisto de su Palabra para nuestra batalla espiritual (Ef. 6:10-20).

2. Un proceso que disfrutar

La batalla espiritual no es la meta de la vida cristiana, sino que solo es parte del proceso. Dios nos ha provisto todas las herramientas para vivir de una forma que dé honra a su nombre (2 P. 1:3). Nadie piensa, ni siente, ni anhela obedecer las Escrituras desde que nace (Ef. 2:1). Pero cuando Dios comienza una obra en nosotros, se inicia un proceso de santificación progresiva. Y este, a su vez, se lleva a cabo por medio de las pruebas (Stg. 1:2-4; 1 P. 1:7; Job 42:5).

Tendemos a ver los procesos como algo negativo. Incluso, muchas veces suplicamos a Dios que no pasemos por ellos, porque sabemos que posiblemente involucren dolor. Pero cuando vemos la vida de los apóstoles —y de Jesús mismo—, nos percatamos del gozo que tuvieron durante las pruebas (Fil. 4:4, 13; 2 Cor. 1.9). Así debería ser con nosotros también. Cuando leemos las Escrituras y meditamos en ellas somos transformados a la imagen de Jesús (2 Cor. 3:18), al mismo tiempo que disfrutamos el proceso. De modo que, cada área que respecta al ser humano se alinea con la Escritura.

3. Una misión que cumplir

Los devocionales diarios nos impulsan a vivir para la gloria de Dios. Cristo dijo que todo aquel que creyera en Él tendría vida eterna. Pablo dijo: “Pues la fe viene por el oír y el oír, por la palabra de Dios” (Ro. 10.17). Y Santiago nos deja el resultado de esa fe: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Stg. 1.22).

Así como alguien que no tiene devocionales está en gran peligro, del mismo modo lo está alguien que tiene devocionales diarios y solo recibe información sin transformación. Una persona escribió: “Si no eres hacedor de la Palabra, principalmente no estás engañando a otros. Te estás engañando a ti”.[1] Como creyentes tenemos el privilegio y la responsabilidad de reflejar a los demás la vida de nuestro Salvador Jesucristo.

CONCLUSIÓN

Los devocionales diarios nos ayudan a hacer frente a la tentación, nos dan fortaleza para vivir con gozo cada proceso de nuestra vida y nos impulsan a compartir con otros el Evangelio. No permitas que los devocionales sean «una actividad más». ¡Que sean lo indispensable cada día!


[1] Pilar Herrera, “No leas solo la Biblia ¡Obedécela!”, Coalición por el Evangelio, https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/no-solo-leas-la-biblia-obedecela/ (consultado el 8 de febrero 2021).


Paco Duran es originario de Monterrey, México, donde reside actualmente. Se encuentra cursando su licenciatura en Teología en la Universidad Cristiana de Las Américas, enseña Biblia en una primaria y es el fundador de Doulos Música. Le gusta el café, caminar y leer.