La Santa Cena es uno de los momentos más solemnes de la vida del cristiano. Muchas veces Dios me ha dado gran bendición espiritual al participar de los elementos. Como pastor, he compartido muchas reflexiones a fin de preparar a los creyentes para participar de la Santa Cena.
Una de las frases más impactantes, y hasta aterradoras, del Nuevo Testamento aparece en el contexto de la Santa Cena. El Apóstol Pablo advierte en contra de «tomar indignamente» de ella. Si lo haces, eres culpado del cuerpo y de la sangre de Cristo, serás juzgado por Dios e incluso pudieras enfermar o morir (1 Co. 11:27-32).
Esta severa advertencia nos lleva a preguntar: ¿Qué significa «tomar indignamente de la Santa Cena»? ¿Cómo puedo tomar dignamente de la Santa Cena y evitar ser juzgado e incluso morir?
He escuchado a muchos pastores explicarlo así: “Si esta semana no has vivido en santidad, no tomes de la Santa Cena. La persona que participa de la Santa Cena debe estar caminando con Dios y andando dignamente de su vocación”. Me temo que, en el pasado, yo mismo llegué a explicar estos versículos de la misma manera.
Aunque esta aseveración suena lógica a primera vista, una reflexión más profunda nos indica que no refleja la enseñanza bíblica.
El trasfondo del Antiguo Testamento
Para entender esta enseñanza, tenemos que remontarnos al significado de los sacrificios en el Antiguo Testamento.
En la primera Pascua, Jehová ejecutó al primogénito de toda casa que no tenía el marco manchado por la sangre de un cordero. El cordero era el sustituto que moría para salvar al primogénito. Años después, en el Templo, todos los días se sacrificaba un cordero en la mañana y otro en la tarde.
¿Por qué tanto sacrificio? (1) Porque el hombre es pecador y merece morir, y (2) porque, en su condición pecaminosa, no puede acercarse a un Dios santo.
Los corderos ofrecidos diariamente morían como sustitutos de la nación de Israel y preservaban la presencia de Dios con Israel.
Todo este sistema enfatizaba algo: nadie merece acercarse a Dios por sus propios méritos. Todos somos pecadores y merecemos morir.
Relación con la Santa Cena
¿Qué tiene que ver todo eso con comer y beber indignamente de la Santa Cena? Reflexionemos un poco.
Cuando escuchamos las palabras de Pablo sobre participar indignamente de la Santa Cena, instintivamente evaluamos nuestro comportamiento en los días anteriores a la Santa Cena. Llevamos a cabo un pequeño recuento mental. Va algo así: “¿Fui lo suficientemente bueno la semana pasada?” Si leí mi Biblia, si oré, si fui a la iglesia, si no cometí algún pecado escandaloso, entonces pienso que puedo tomar de la Santa Cena.
Pero note la deficiencia de tal perspectiva. ¿Cuán bueno tengo que ser para poder tomar de la Santa Cena? Es algo totalmente subjetivo. Si tomo o no tomo depende totalmente de cómo me siento, y cómo me siento depende totalmente de la vara de medir que yo mismo me pongo.
Por ejemplo, ¿cuántas veces debí leer mi Biblia para ser digno de tomar? ¿Siete días? ¿Qué pasa si leí cinco?
Quizás una persona dice: “Leí mi Biblia cinco días esta semana. Me siento bien porque eso es un avance para mí”. Y por eso toma de la Santa Cena.
Otra persona dice: “Leí mi Biblia cinco días esta semana. Me siento mal porque debí leer mi Biblia todos los días”. Y por eso no toma.
Se presenta otra dificultad: ¿por cuánto tiempo tuve que ser bueno para poder tomar? Si me porté mal hace un día, probablemente siento que no puedo tomar. Pero, si me porté mal hace diez días, ¿puedo participar o no? ¿Cuándo caduca la culpa por mi pecado?
¿A qué quiero llegar? Si basamos nuestra participación de la Santa Cena en si fuimos buenos o no, es algo totalmente subjetivo e ilógico. Si queremos una base que sea objetiva, entonces tendríamos que exigir la perfección absoluta. O sea que solo la persona que ha sido perfecta puede tomar de la Santa Cena.
Esta perspectiva contradice totalmente la enseñanza de la Pascua, de los sacrificios diarios en el Templo, de la Cruz de Cristo y de la Santa Cena.
¿Qué nos enseñan? Que nadie puede acercarse a Dios por mérito propio. Nadie es digno. Nadie es perfecto. Todos tenemos que reconocer nuestro pecado y nuestra indignidad. El cristiano más maduro, el que tuvo una semana espléndida en su vida espiritual, no fue perfecto y no puede acercarse a Dios por mérito propio.
Pero esto no es lo único que nos enseñan. También nos enseñan que Dios proveyó un Sustituto para que podamos acercarnos a Él a pesar de nuestra indignidad. Esa es nuestra gloriosa esperanza.
¿Qué significa tomar indignamente?
No significa haber sido bastante bueno los días anteriores a la celebración de la Santa Cena. Entonces, ¿qué significa? Creo que hay dos maneras en las que pudiéramos tomar indignamente.
- La primera es la más obvia: tomar de la Santa Cena con indiferencia hacia tu pecado.
Esto ocurre cuando una persona ha pecado y no le importa. Cuando manifiesta negligencia y pasividad hacia su pecado. No ha confesado su pecado. No se ha lamentado por su pecado. No tiene intención de dejar su pecado. Y, aun así, extiende su mano y toma de la Santa Cena.
Pablo nos dice que esta persona come y bebe juicio para sí. Esta persona será disciplinada y castigada.
Hermano, no tomes indignamente, con liviandad o ligereza. Entiende la gravedad de tus pecados contra Dios y la solemnidad de tomar de la Santa Cena.
- La segunda manera en que tomamos indignamente de la Santa Cena: participar de la Santa Cena creyendo que he sido lo suficientemente bueno como para tomarla.
Es más sutil, pero me pregunto si Pablo tenía también en mente esta perspectiva errónea que algunos de nosotros tenemos.
Creo que esto es tomar indignamente porque menospreciamos la gravedad del pecado y la magnitud de la cruz de Cristo.
Cristo murió porque nadie es digno. Todos necesitamos el cuerpo molido y la sangre derramada de Cristo.
¿Qué significa tomar dignamente?
Déjame darte tres conceptos para meditar sobre ellos.
- Debo reconocer mi pecado e indignidad.
Soy pecador. Nunca seré lo suficientemente bueno como para tomar de la Santa Cena con base en mis méritos. Peco. Todos los días peco. Puedo hacer buenas cosas. Puedo ser fiel a Dios. A veces tengo días, semanas o incluso meses más o menos buenos. Pero ni esas “épocas doradas” son suficientes, porque no soy perfecto.
- Debo aferrarme a la persona y obra de Cristo.
Puedo acercarme a Dios y tomar de la Santa Cena porque Cristo murió en la cruz por mis pecados. Como Cordero Divino, Cristo pagó por mi maldad.
Porque Dios acreditó la justicia de Cristo a mi cuenta ahora puedo acercarme a Él. Dios me vistió de la santidad de su Hijo. Me puedo acercar a Dios solamente por la persona y obra de Cristo.
Esto me debe humillar. Debe apagar mi orgullo y fariseísmo. Yo no soy digno, pero puedo acercarme a Dios y participar de la Santa Cena por los méritos de Cristo y el perdón que Él ganó por mí.
- Debo confesar mis pecados específicos.
Igual que el Apóstol Pablo, quien puso su dedo sobre un pecado específico de la iglesia de Corinto (1 Co. 11:18-22; 1 Co. 11:33-34), nosotros debemos obedecer su instrucción de examinarnos a nosotros mismos para no ser disciplinados por Dios.
Esto implica que la Santa Cena debe ser un momento de reflexión y autoevaluación. De esta manera, reconocemos la gravedad de nuestros pecados, los confesamos a Él, y pedimos que la sangre de Cristo nos limpie. Al comer y al beber, estamos proclamando esta realidad: seguimos necesitados de la persona y obra de Cristo.
Conclusión
La siguiente ocasión que vayas a tomar de la Santa Cena, evalúa tu vida, pero no para ver si tienes mérito para tomar, sino para reconocer tu indignidad, confesar tus pecados, y confiar en la obra del Cordero de Dios que quita tus pecados.
Pastores, no usen la Santa Cena para imponer culpa sobre el rebaño, sino para dirigir su atención a la maravillosa obra de Cristo que les hace dignos de tomar de ella y acercarse a un Dios perfectamente santo. Dejen que la maravillosa gracia y misericordia de Dios les motiven a la santidad.
Hola Mateo,
Creo que el apóstol Pablo se refiere claramente en 1 Cor Cap 11 desde el versículo 17 a la manera indigna de participar en la cena, el escritor muy claramente acusa de glotonería y borrachera, pues algunos comían demasiado dejando a otros con hambre y sin nada para beber.
Lo siento mucho por NO estar de acuerdo con lo que escribes, te aconsejo que leas bien pero desde el versículo 17 y que sea Dios revelándote lo que el apóstol Pablo llama comer y beber para juicio y condenación. Y por último te comparto lo más importante lo que escribe Pablo para evitar una mala participación de la santa cena. Un saludo.
Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que las reuniones de ustedes no resulten dignas de condenación. ( 1 Cor 11: 34
Llevo 5 dias sin hablarle a mi esposo.oro y le pido perdón a Dios,estoy conciente y me duele mi pecado.no se si tomar la santa cena????
Todo va más allá del dolor es no volver a cometer el error ese es el verdadero arrepentimiento
Por experiencia propia le puedo asegurar que para Dios no hay imposibles.. pero debemos poner de nuestra parte y obedecer a su palabra cuando nos pide perdonar y pedir perdon.. pidale ayuda en oración para poder hacerlo y creame que sera fácil, el Señor jamás nos abandona, sino que nosotros mismos nos alejamos de Él!!!
también debes reconciliarte con tu esposo y así tomar de la cena- De igual manera si tomaste la sena indignamente sin reconciliarte con tu esposo o con Dios debes tener en cuenta que comiste juicio pecaste contra el Señor y siendo juzgada por el Señor recibes castigo para que no seas condenada con el mundo-Todo pecado contra el Señor les sera perdonado pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no- si tomaste la sena indignamente debes tener que vienen estos castigos y pruebas y debes perseverar hasta el fin para ser salvo- El Padre que ama a su hijo le castiga- Lo importante es nunca dejar de tomar la cena para que siempre tengas una comunión con Dios-
Hna. Es un poco tarde para contestar la pregunta.. pero primero hay que perdonar a su espsoso y pedir perdón a Dios y reconciliarse con su esposo
Maria bueno es que tengas paz con tu esposo, restaures tu relación, por causa de tu matrimonio, sin embargo cuando esto ocurra aun así no eres digna para participar de esta gracia, ya que a ti te hace apta para participar cuando eres consciente que Cristo por su gracia te santifico y te justifico, no puedes pensar que tus pecados por medio de lo que haces son borrados sino por aquel que con su sangre te limpio, por sus méritos te puedes acercar confiadamente al trono de la gracia. bendecida. PAZ
Muy buena su reflexión Que Dios lo siga usando para edificación de otros
El rito de la Santa Cena, es para poder estar en paz con Dios, es una oportunidad para restaurar nuestras relaciones y para recordar que solo en Jesús somos perdonados y transformados, junto con el rito de humildad del lavado de los pies podemos continuar con nuestro peregrinar en esta tierra, mientras nos preparamos para el maravilloso encuentro con Jesús en su segunda venida, es un evangelio en miniatura.
GRACIAS PUES N O LA HABÍA ENTENDIDO YA BENDICIONES DE LO ALTO PARA TI PASTOR Y TU FAMILIA
Exelente meditación hno
Nada de eso tiene que ver con tomar la cena del Señor indignamente, el mismo pasaje de Corintios explica cómo no hacerlo
29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
34 Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.
En el versiculo 29 explica que si no disciernen el cuerpo del Señor acarreas juicio; entonces la pregunta es cómo no o como si discernirlo???? entonces el el verso 34 nos da Pablo la Respuesta………come en tu casa, para que a la hora de tomar la Santa Cena no la coma para mitigar tu hambre física, porque ese no es el propósito, que no tengas hambre y pase hacer la Cena para satisfacer tu apetito,
Así que con mucho respeto, discrepo su argumento, pero su explicación está bastante errada o equivocada,
Que el Señor lo guíe a toda verdad,