El libro de Cantar de los Cantares suele ser interpretado de manera alegórica, como un canto del amor entre Cristo y la Iglesia. Orígenes, el famoso intérprete del tercer siglo, hablaba de la “interpretación espiritual”.[1] Él no negaba necesariamente la realidad de una interpretación literal. Sin embargo, enfatizaba que la verdadera interpretación era aquella que profundizaba para encontrar el verdadero significado espiritual. Orígenes escribió en su comentario de Cantares:
“Salomón escribió [este libro] como si fuera un drama. [Salomón] cantó de manera figurada como si fuera la Esposa a punto de casarse y quemándose con amor celestial hacia su Esposo, quien es la Palabra de Dios”.[2]
La interpretación alegórica de que Cantares se trata de la relación entre Jesús y la Iglesia la importo Orígenes del Talmud rabínico, puesto que los rabinos enseñaban que Cantares era una alegoría del amor de Dios por Israel.[3] Vale la pena mencionar que el Nuevo Testamento no cita Cantares, y por lo tanto no tenemos evidencia de que los autores del NT lo interpretaran así.
La interpretación alegórica o “espiritual” se refleja en la himnología hispana. Probablemente te suenan familiares los cantos que dicen que “su bandera sobre mí es amor” (con base en Cantares 2:4), o que “Cristo es el lirio del valle de las flores, Él es la rosa blanca y pura de Sarón” (con base en Cantares 2:1).
Sin embargo, la interpretación alegórica nos llevará a interpretaciones incómodas (¿cómo entender el lenguaje sexual de Cantares 7:1-8, por ejemplo?). También nos llevará a dejar a un lado algunos de los énfasis claros en el libro.
Una mejor interpretación
¿Es esa la mejor manera de interpretar el libro? Me parece que no. La mayoría de los eruditos hoy están de acuerdo en que hay una mejor manera de interpretarlo, una que le hace justicia y toma en cuenta el propósito del autor al escribir el libro.
Hay una mejor manera de interpretar Cantares: la histórica-gramática. Es decir, interpretarlo como un poema que alaba el amor completo dentro del pacto matrimonial. Es un poema entre Salomón (1:1) y su esposa (Cnt. 4:8, 9, 10, 11, 12, 5:1; [heb: כַּלָּה]), posiblemente la sulamita del versículo 6:13.[4]
No hay duda de que es un poema. El lenguaje a lo largo del libro es poético. Abundan las comparaciones y símiles.[5] De hecho, el poema incluye un coro que se repite con algunas variaciones en 2:7, 3:5, 5:8, 8:4:
“Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por los corzos y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera”.
En el poema hay dos personajes principales: el esposo y la esposa, que tienen un diálogo de amor a lo largo del libro. Leer el libro con este diálogo en mente aumentará tu apreciación por la belleza artística del poema. Tomemos, por ejemplo, el capítulo 1, en donde vemos claramente el diálogo entre Salomón y su esposa.
Ella: 1:2-7. Él: 1:8-11. Ella: 1:12-14. Él: 1:15. Ella: 1:16. Él: 1:17.
Es evidente que el poema celebra la sexualidad íntima (por ej.: 2:6, 8:3, “allí te daré mis amores” [7:12]) y el amor entre la pareja (la palabra “amor”, אַהֲבָה, aparece 11 veces en 2:4–5, 7; 3:5, 10; 5:8; 7:6; 8:4, 6–7). Salomón llama a su esposa “amiga” (9 veces en 1:9, 15; 2:2, 10, 13; 4:1, 7; 5:2; 6:4), lo que nos dice que esta no es simplemente una relación sexual, sino también emocional.
Por lo tanto, este libro nos ayuda a entender que Dios ha creado la sexualidad para disfrutarse. Dentro de una relación de pacto, la esposa y el esposo pueden disfrutar de comunión íntima y completa. Han sido llamados a ser “una sola carne” (Gn. 2:24).
Cantares y nosotros
Este libro está lleno de consejo práctico para la iglesia. Hay muchas cosas que se pueden aprender y poco espacio en este artículo, así que mencionaré solo algunas.
El amor sexual en el matrimonio es correcto. Debemos hacer a un lado esa noción que creció en la Iglesia medieval de que la sexualidad es inherentemente pecaminosa. Dios ha hecho el matrimonio para que se disfrute entre pareja.
El amor sexual debe suceder dentro del pacto matrimonial. Salomón llama “esposa” a su amada seis veces en el libro. Es cierto que en otros lugares de la Biblia vemos que Salomón cayó en pecado por seguir sus impulsos sexuales, pero eso no niega la realidad que la Biblia enseña y Jesucristo enfatizó: la sexualidad está diseñada para disfrutarse dentro del matrimonio entre un hombre y una mujer, para toda la vida (Mt. 19:4-6). Los jóvenes creyentes deben, por tanto, huir de la fornicación (1 Co. 6:18) y anhelar satisfacer sus deseos dentro del plan divino.
El amor sexual debe satisfacer a ambos. A lo largo del libro no es solo el hombre quien tiene su necesidad sexual satisfecha, sino también la mujer (por ejemplo: Cnt. 7:12). Ella misma alaba el cuerpo de su esposo (5:10-16) y culmina diciendo: “todo él [es] codiciable” (5:16).
Hay un lugar para el romance dentro del matrimonio. Este es un tema a lo largo del libro. A algunos cristianos no les gusta la palabra romance porque se imaginan algo estilo Romeo y Julieta. Pero en Cantares el romance es un cortejo real e íntimo. La poesía es una forma excelente de demostrar amor romántico.
La Biblia celebra la belleza del cuerpo y la sexualidad. Algunos intérpretes se apenan por el lenguaje explícito del libro. Y sí, es bastante explícito (por ej.: Cnt. 1:13; 4:5; 7:3, 7–8; 8:8, 10). Varios versos se enfocan en la belleza del cuerpo de ella (4:1-5) y él (5:10-16). Sin embargo, no es un lenguaje morboso, pues está dentro de un contexto de matrimonio.
Cantares y Jesucristo
A Spurgeon le gustaba predicar de Cantares. Le dedicó 63 sermones a lo largo de su vida, y predicó desde los ocho capítulos que tiene el libro. Él veía a Jesús como “la rosa de Sarón” y el “lirio de los valles”,[6] y a la Iglesia como la sulamita, la esposa.[7]
Como nota interesante, los comentaristas se dividen en cuanto a si “la rosa de Sarón” y el “lirio de los valles” se refiere a Salomón o a su esposa. El comentarista G. Lloyd Carr escribe: “… la muchacha con modestia se compara a las flores silvestres comunes”.[8] Por lo tanto, si se refiere a ella, la comparación a Jesús no es del todo atinada.
Entonces, ¿el libro de Cantares no apunta a Jesucristo de ninguna manera? Creo que sí apunta a Él. Si tenemos cuidado de no alegorizar, podemos interpretar de manera cristotélica. No todos estarán de acuerdo con estos puntos, y sin duda podríamos agregar más, pero quisiera mencionar algunos:
Así como el esposo ama a la esposa, Cristo ama a su esposa. Su amor es completo y entregado (Ef. 5:25).
Así como el esposo es bello, Cristo lo es.
Así como la esposa es bella, la Iglesia lo es (Ap. 19:7-8).
Jesús es el mejor y más grande Esposo, quien ama a su esposa a tal grado que entrega su vida por ella.
El matrimonio en la tierra es pasajero. El matrimonio celestial (entre Jesús y la Iglesia) es eterno.
Conclusión
Entonces, aunque la Iglesia (¿o Cristo?) no es la rosa o el lirio, sí es como la rosa o el lirio, por analogía. Por lo tanto, podemos disfrutar de Cantares por lo que es, y por aquello a lo que apunta. Cantares es un libro que nos habla de la belleza de lo que Dios ha creado con relación al matrimonio. Pero también nos apunta a aquello todavía más excelso, que es el amor que Jesús tiene por su esposa, la Iglesia (Ef. 5:25).
El matrimonio es solo una sombra de la verdadera esencia de todo: Jesús. Y si bien el mundo considera la sexualidad como la satisfacción más grande que puede experimentar un cuerpo humano, no se compara con el deleite y la satisfacción de conocer a Jesucristo.
[1] Origen, The Song of Songs: Commentary and Homilies, p. 58. Orígenes escribió un comentario de Cantares en ¡10 volúmenes! Algunos reformados (no todos) siguen la interpretación espiritual, o algo parecido a ella. Para una defensa reformada de la interpretación alegórica, ver las excelentes Notas de introducción en la Biblia de herencia reformada.
[2] Ibíd., p. 21.
[3] Smith’s Bible Dictionary.
[4] Hay diferencias de interpretación en cuanto al número de personajes. Parecen haber 3-4: Salomón, el joven pastor (quizá es Salomón mismo), la esposa, y el coro. Por cierto, el título del libro deja abierta la posibilidad de que este es un poema dedicado a Salomón (לִשְׁלֹמֹֽה). Ver: “Song of Solomon: Interpretation”. (consultado marzo 28, 2019). En este artículo tomaré la posición tradicional de que Salomón es uno de los personajes principales.
[5] Por ejemplo: Cantares 1:3, 5, 15; 2:2–3, 17; 3:6; 4:1–5, 11; 5:11–15; 6:4–7, 10, 13–7:5; 7:8–9; 8:1, 6, 10.
[6] “The Best of the Best”. (consultado marzo 27, 2019).
[7] “Return, Return, O Shulamite; Return, Return!”. (consultado marzo 27, 2019).
[8] The Song of Solomon: An Introduction and Commentary (1984), p. 95.
Publicado originalmente en Coalición por el Evangelio. Este artículo ha sido usado con permiso.