En una palabra, ¿qué estás haciendo con tu vida? ¿Para qué existes? ¿Cuál es el objetivo de tu servicio a Dios? ¿Cuál es el propósito de las misiones? ¿Existe una palabra lo suficientemente amplia que responda a todas esas preguntas? Yo creo que sí.
Perdido en la traducción
En 1956, el dictador ruso Nikita Khrushchev lanzó una famosa frase al mundo occidental: “Los enterraremos”. Esta frase causó gran impacto en el mundo porque 10 años ocurrió la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el 13 de octubre de 1960, se dice que Khrushchev exigió la atención del mundo quitándose el zapato y golpeándolo sobre la mesa de la ONU. Luego dijo: “Tendremos paz”. ¿Será que la misma administración rusa, que dijo: «Los enterraremos», también dijo: «Tendremos paz»?
Hasta el día de hoy existe un debate sobre si se quitó el zapato o no, y si golpeó la mesa. Pero mucho más significativo es el contenido de la declaración. La palabra rusa para paz es мир (mir), como en la estación espacial MIR. Pero мир también significa «mundo».
Entonces, ¿el dictador ruso dijo que quería la “paz” o que quería el “mundo”? Ese es un «pequeño detalle» de la política internacional que podría perderse fácilmente en la traducción, ¡y les dejo la interpretación a su criterio!
Al pensar en nuestro propósito como creyentes, hay una sola palabra lo suficientemente amplia como para responder a todas nuestras preguntas iniciales. Pero, al igual que мир, su significado puede perderse un poco en la traducción. La palabra es mathēteuō.
Significado de mathēteuō
Mathēteuō es la forma verbal griega de mathētēs, que significa “discípulo, aprendiz o seguidor”. Entonces, el verbo tiene que ver con el discipulado. Sin embargo, se refiere tanto a ser discípulo como a hacer discípulos. Y aquí es donde tendemos a perder algo en la traducción. Los traductores eligen cuál de estos dos significados es mejor.
Este verbo solo aparece cuatro veces en el Nuevo Testamento. Cuando el verbo es pasivo, como en Mateo 13:52 y 27:52, mathēteuō se refiere a ser discípulo. Cuando el verbo es activo, como en Mateo 28:19 y Hechos 14:21, se refiere a hacer discípulos. ¡Y eso es todo! Esas son todas las referencias en la Biblia.
Pero aquí está el problema: distinguimos entre ser discípulos y hacer discípulos. Los separamos. Pensamos que es posible hacer lo primero sin hacer lo segundo. Pero no podemos enseñar a otros a seguir a Jesús (hacer discípulos) si no lo seguimos nosotros mismos (ser discípulo).
Ser discípulo requiere hacer discípulos, pero hacer discípulos requiere ser discípulo.
Jesús hizo discípulos. ¿Podemos afirmar que somos sus discípulos si no hacemos lo que Él hizo (hacer discípulos)? Afirmamos que seguimos a Jesús sin hacer lo que al hizo. ¿Qué debemos hacer con nuestra vida? ¿Para qué existimos? Para ser discípulos de Jesús y hacer discípulos de Él.
Otra manera de decirlo
Permíteme sugerirte otra palabra que contesta todas las preguntas que hicimos al inicio: semejanza. ¡Eso es al menos español! Veamos si esa idea responde a nuestras preguntas iniciales.
Existes para traer gloria a Dios siendo portador de su imagen (Gn. 1). El objetivo final de tu servicio a Dios es glorificarlo (Ro. 11:36) siendo como Jesús (Ro. 8:29). En la salvación, Él toma su imagen desfigurada en ti y la restaura en semejanza de sí mismo (2 Cor. 3:18; Ef. 4:24). El propósito de las misiones es hacer que los pecadores sean semejantes a Dios, uniéndolos en congregaciones locales de adoradores para su gloria eterna (Ef. 3:10-11, 21).
Entonces, si Cristo fue el gran hacedor de discípulos, ¿puedes ser semejante a Cristo sin hacer discípulos? ¡Es obvio que no!
Cómo discipular en semejanza a Jesús
Estábamos colocando un techo de hojalata en nuestra iglesia y no quería pagarle a un soldador para que construyera la estructura. Así que miré los tutoriales de «Cómo soldar» en YouTube. Pensé: “Si el soldador puede hacerlo, ¿por qué yo no?”.
Después de hacer agujeros en la viga y derramar chispas por todo el piso durante bastante tiempo, me di cuenta de que mis videos en línea no eran suficientes. Necesitaba un tutor, no un tutorial. Entonces llamé a David, un amigo soldador que vino a ayudar. Solo teníamos una máscara de soldadura, que David me dijo que me pusiera. Yo sostuve el electrodo y él sostuvo mi mano. David comenzó a soldar con mi mano, ¡con los ojos cerrados!
Eso es discipulado.
David es lo suficientemente bueno como para soldar solo guiándose por el sonido, con los ojos cerrados, usando la mano de otra persona. Y yo necesitaba una persona, no una clase en línea. Necesitaba que alguien me tomara de la mano y me enseñara. Y, muy literalmente, ¡él tomó mi mano y me enseñó a soldar!
Como familia, servimos produciendo recursos en línea para el mundo de habla hispana. Estos pueden ayudar a las personas a seguir a Jesús, pero por sí solos no son suficientes. Nunca sustituirán la involucración personal. Hacer discípulos se trata de vidas que impactan vidas.
Hacer discípulos lo resume todo
Hacer discípulos significa ser y hacer discípulos. Es tanto lo que eres como lo que haces. Es reproducción espiritual. En las misiones, se suele hablar de dos pasos: evangelización y edificación. Eso es legítimo, pero hacer discípulos debe cubrir ambas ideas.
Hacer discípulos es la esencia de la Gran Comisión. Implica evangelismo: «Id», e incluye seguimiento: «Enseñándoles a observar». Exige esfuerzo. Presupone la plantación de iglesias. Requiere la formación de líderes nacionales. Todo en las misiones se trata de estampar la imagen divina en el alma humana.
Hacer discípulos no es opcional ni un segundo paso. No es algo que hacemos después de llegar a las personas con el evangelio. Por eso necesitamos el evangelio: no somos como Cristo. Las personas que no son salvas necesitan ser discípulos de Jesús. Los creyentes necesitan seguir a Jesús. Cada actividad que hace un creyente es parte de ser como Cristo y ser su instrumento para hacer que otros sean como Él.
Entonces, sé un discípulo de Jesús. Sigue a Jesús y, así, haz lo que hizo Jesús: discípulos.