Padres, preparé aquí una pequeña actividad que pueden hacer con su hijo (conforme a su edad). La actividad tiene el fin de ayudarles a platicar con él usando la Biblia para que su hijo ame más a Cristo.

¡Comenzamos!

1. Pregunta: “Hijo, si no tuvieras ningún dispositivo digital ni señal de internet, si no tuvieras nada tecnológico para entretenerte, ¿cuáles tres o cuatro actividades te parecerían más divertidas para hacer?”.

Puede ayudarle hablando de salidas al parque, al bosque, a la playa o algún otro lugar en la naturaleza. En tales lugares, ¿cuáles actividades serían las más divertidas para él? En mi caso, ¡mi hija nadaría en el río, treparía árboles, exploraría cuevas, brincaría de lugares altos, y fabricaría arcos y flechas! (Ya lo hicimos).

2. ¡Escucha la respuesta de tu hijo!

Muchas veces no escuchamos a nuestros hijos y, luego, nos preguntamos por qué no nos escuchan. Pregúntale: “¿Por qué esa actividad? ¿Por qué te llama la atención?”. Qué te dé detalles. Hazlo hablar. Normalmente, al niño le gustará hablar si piensa que a sus padres les interesa.

3. Pregunta de nuevo: “Si Dios fuera niño, ¿haría eso? ¿Treparía Dios un árbol si fuera niño? ¿Nadaría en el río Dios si se hiciera niño? ¿Iría de pesca?”.

4. ¡Escucha de nuevo! Si puedes, pregúntale más sobre por qué piensa así.

5. Pregunta otra vez: “¿Dios alguna vez ha sido un humano?”.

Si su hijo no sabe, ¡espero que puedas abrir tu Biblia en pasajes como 1 Timoteo 2:5; 3:16; y Mateo 1:23 (entre otros) para mostrarle a tu hijo ¡que Dios sí se hizo hombre!

6. Pregunta de nuevo: “Cuando Dios se hizo hombre, ¿se hizo también bebé? ¿O llegó a la tierra como un adulto maduro?”.

De nuevo, espero que puedas dirigir a tu hijo a pasajes como Lucas 2:4-16 que narran el nacimiento de Jesús.

7. Pregunta otra vez: “¿Qué hacen los bebés?”.

Aquí la meta es ayudarle a entender que Jesús, siendo 100% hombre, en su infancia hizo todas las cosas que los bebés hacen. A ver cuántas cosas puede detallar tu hijo. Tal vez, te sorprendas. La única diferencia entre Jesús y los demás bebés es que el Salvador no nació pecador. Si tu hijo menciona algo que los bebés hacen que reflejan la naturaleza pecaminosa, (como el enojo, el descontentamiento, etc.) es momento de aclarar que Jesús no era pecador. Pasajes como Hebreos 4:15; 2 Corintios 5:21; y 1 Pedro 2:22 muestran esto con claridad.

8. Por último, pregunta: “Cuando Dios se hizo hombre, cuando Dios se hizo bebé, ¿también hubo un tiempo en que era un niño?”.

¡A ver qué contesta! Pero creo que es muy sabio ayudarle a tu hijo a comprender que Dios lo comprende. El eterno Dios todopoderoso, benévolo, sabio y perfecto se hizo niño.

El eterno Hijo de Dios durante un año entero tuvo 5 años de edad. Durante otro año, tuvo 9 años. Y, antes de cumplir 13, tuvo 12 años. Así es la doctrina de la encarnación. Era (y aún es) 100% hombre. Era 100% bebé. Era 100% niño.

Quiero recomendarte unos pasajes a leer con tu hijo, aplicando a su vida infantil la doctrina de la encarnación:

  • Hebreos 2:9-10 – Dile que Jesús entiende los sufrimientos que un niño tiene, porque él sufrió en su humanidad.

Pregúntale a tu hijo cuáles son los sufrimientos que experimenta, cuáles son los desafíos que lo desaniman, y cuáles las cosas que lo hacen (querer) llorar. Escúchalo. Y luego pregúntale: “Según este versículo, ¿quién te entiende? ¿Quién tiene compasión de ti?”.

  • Hebreos 12:2 – Dile que Jesús entiende los deseos y las motivaciones que él tiene.

Cristo, por el gozo puesto delante de Él, escogió honrar al Padre con su obediencia. Anima a tu hijo a considerar este pensar de Jesús. Sería interesante escuchar a tu hijo explicar qué motivación tiene para hacer el bien. Pregúntale por qué obedece o hace el bien cuando lo hace. ¿Qué lo motiva a hacer el bien?  ¿Es Cristo parte de su respuesta?

  • Hebreos 2:18; 4:15 – Dile que Jesús entiende las tentaciones que un niño tiene.

Jesús fue tentado “en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Sería interesante escuchar a tu hijo explicar cuáles tentaciones enfrenta. Pregúntale qué considera una tentación para él. ¿Cómo intenta el diablo hacerlo pecar?

  • Hebreos 2:18 – Dile que Jesús es poderoso para ayudarle resistir la tentación.

Primero, Jesús es poderoso para salvar (He. 2:10; 5:9). Y si tu hijo es salvo, es Cristo quien puede ayudarlo a crecer en santidad. Poner la mirada en Él le ayudará a tu hijo a resistir la tentación. Recuérdale cuánto le costó a Cristo pagar el precio de sus pecados, y entonces cuán importante es responder a esa bondad con fe obediente.

CONCLUSIÓN

Deseo que puedas aprovechar este día, no solo para darle a tu hijo algún regalo, algún pastel o algún gesto de tu amor como padre o madre. Deseo que también como cristiano puedas darle a tu hijo más amor del Dios que se hizo niño para salvar y santificar a niños.